domingo, 13 de marzo de 2016

El hombre y el agua. Serie fauna ibérica. El Trilero de río

El Trilero de río (Caradurus horribilis)

Especie en clara explosión demográfica, el Trilero de río es un endemismo ibérico “typical spanish” de naturaleza claramente hematófaga (Petulanteus, 2000). Los orígenes del Caradurus horribilis parten de la evolución, a partir de mutaciones en ejemplares de especies con un interés por enriquecimiento rápido muy desarrollado, compartiendo filum con conocidos ectoparásitos, según demuestra la tesis doctoral del Decano Ascilo Max-Stuart de 1927, expuesta ante el tribunal del departamento de Etnoantropología de la Universidad de West Membrilla, Campus de Brazatortas que, como es sabido, es el origen de todas las investigaciones y trabajos en torno a las especies que habitan los espacios fluviales y lacustres tratadas en este blog. Sus posteriores cruces con otros taxones, con comportamientos similares a los de los hirudíneos, fueron generando seres evolucionados que, hasta nuestros días, han ido perfeccionando la pureza y morfología de la especie Caradurus hasta su definitiva taxonomía actual (Prof. Toprieto 2001), en la que mantienen como característica común de la especie el desplazamiento pasajero de sus presas.

A día de hoy, debido al reciente descubrimiento de  comportamientos claramente exterminadores, se le ha  englobado dentro de la categoría de súper-predadores (Petulanteus 2016, “Anexo II actualizado del Sistema Soplapollae”).

Es capaz de aglutinar en su comportamiento las cualidades más codiciosas de cada especie, siendo insensible a la confianza ajena, indiferente al engaño al prójimo, insaciable en su avaricia, audaz en el incremento de precios de sus servicios, altruista en elogios a lo inservible de su oferta, intolerante a los puntos de vista críticos, profeta de terruño con visión mundial y acaparador de la buena voluntad en forma de materiales de todo aquel que se le aproxime. Se caracteriza por su peculiar gruñido “¿Dónde está la bolita?”, emitido cuando está a punto de abalanzarse sobre sus presas.

No obstante, fruto de los cruces entre los diferentes taxones menos adaptados al medio, a lo largo del desarrollo y evolución de la especie, se han detectado ciertas degeneraciones en forma de ejemplares con una única neurona. Son fácilmente identificables por su comportamiento “borderline” y sus serios problemas comunicativos, tanto en forma oral como escrita, perpetrando con contumaz iteración agresiones al diccionario de la RAE. y al idioma en el que parece que se expresan (subespecie Faecinus que no trataremos en detalle por su escasa importancia).

De amplia distribución en toda la Península ibérica, se está convirtiendo en claro dominador de los ecosistemas terrestres, fluviales, marinos, lacustres, de edición impresa e incluso, recientemente, se han detectado nuevas poblaciones que están revolucionando los espacios virtuales (Prof. To-prieto 2012). Esta capacidad adaptativa de sus poblaciones no genera problemas de convivencia entre ellos, esto es debido a que sus territorios están claramente diferenciados. Fruto de esta territorialidad, se puede dar la circunstancia de que dos o más Trileros de río depreden sobre la misma víctima propiciatoria, dejándola literalmente en shock arterial (1).

Debido a sus limitaciones de movilidad en medios terrestres y acuáticos, en ocasiones sus capacidades predadoras están muy afectadas y, dado que se alimenta directamente por succión de todo aquel incauto que se le acerca, requiere que los ejemplares sobre los que depreda se encuentren muy próximos, las ferias son su territorio de caza preferido, arrinconando a las posibles presas contra el stand, pero tampoco desdeña un buen mailing para atraer incautos con los que poder llenarse la barriga.

Gracias a los exhaustivos estudios  (Z. Raposero et J. de Lomo en 2013) sobre las técnicas de caza del Trilero de río, el Dr. Raposero ha realizado una revisión de su ya referente “Memorándum de hábitos y comportamientos fluviales”. En futuras entradas de éste blog relacionadas con la Fauna Ibérica, se irán detallando capítulo a capítulo los pormenores más técnicos de tan completo documento. Recomiendo al lector no perder detalle de todo cuanto se encuentra allí recogido, que sin duda será de su interés.

Estudios posteriores a los del Dr. Raposero, concretamente los recogidos en la última actualización del ya referido “Sistema soplapollae” (Petulanteus, 2016), han identificado las siguientes subespecies:

Subespecie Antunus: Más antigua que la orilla del río, su descubrimiento data de 1956 fruto de los trabajos de campo del afamado Decano Ascilo Max-Stuart en la cuenca del río Tajo. Destaca por ser una subespecie con una altísima capacidad de innovación. Taimada, insensible y absolutamente insaciable a la hora de depredar sobre sus presas. De hecho, y a modo de anécdota, en las primeras anotaciones sobre la especie, el Decano Ascilo destaca que, por unos momentos su integridad física, y la de su cartera, llegó a correr peligro en las cantinas de las pedanías del alto Tajo.

Por puro empirismo, el Decano documentó que cada generación que se engendra es más eficaz en sus habilidades depredadoras que la anterior. De esta forma ha demostrado su capacidad de adaptación en otros continentes a los que migra de manera cuasi permanente, siendo igualmente tan  hábil en sus técnicas depredadoras como lo es en su territorio de origen.

Subespecie Pescatureus: Con varios años de existencia documentada, la actualización de Petulanteus 2016 ha sido el primer trabajo publicado en sacar a la palestra a este tremendo ejemplar del género Caradurus. Según el Sistema Soplapollae, habita en el noreste peninsular y sus técnicas de caza se encuentran altamente especializadas en espacios virtuales y el medio marino.

Suele reclamar la atención de sus víctimas con un enorme grado de ostentación, siempre con lo más grande de lo mejor. Desgraciadamente para sus presas, la realidad no guarda ninguna relación con la ostentación de lo ofertado, y cuando quieren darse cuenta del engaño ya es demasiado tarde.

Subespecie Salmoberdagii: También de reciente catalogación (Petulanteus 2016), se trata de un ejemplar sumamente peligroso pese a que su población es en la actualidad bastante reducida.

Destaca por ser el más evolucionado de todos los súper-predadores del género Caradurus. De hecho, los estudios de campo realizados destacan su innata habilidad para camuflar sus oscuras intenciones empleando la archiconocida técnica del tonto útil ya documentada por el Dr. Zacarias Raposero en 1988 en alguna de sus especies protogénicas. Generalmente, esta técnica se emplea en ambientes locales, sin embargo, la subespecie Salmoberdagii ha sido capaz de exportar esta técnica a regiones bien distantes de su área de influencia sin necesidad de realizar las migraciones de la subespecie Caradurus antunus.

La observación de la etología en campo de estos ejemplares ha llegado a descubrir su modo de comportamiento, en el que identifican mediante un detallado análisis a todos y cada uno de los individuos sobre los que puede depredar.  De entre todos selecciona a uno, con características que determinan un nivel intelectual similar al del género Amoeba, con objeto de ser fácilmente reconvertido. Una vez negado de voluntad propia y totalmente aleccionado, el incauto intermediario consigue acercar a sus presas reales a un espacio donde el Caradurus se mueve rápida y eficazmente sobre la cartera de la presa que, a la postre, es su zona más sensible y vulnerable. Es una técnica altamente efectiva, pese a que se han constatado  casos en los que alguna posible víctima ha visto el engaño y la trifulca entre víctima y hombre de paja ha terminado con funestos resultados para ambos, quedando el Caradurus Salmoberdagii al margen como un mero espectador.
  
Subespecie Claudiae: Sin ser una subespecie oficialmente definida hasta hace unos meses, queda pendiente su reconocimiento oficial según el dossier técnico  (Petulanteus 2016, Sistema Soplapollae). Se aventura como un subespecie bastante menos evolucionada que, debido a sus limitaciones, tiene sus pagos en los más inhóspitos y recónditos parajes de las estribaciones de la vertiente sur del Sistema Cantábrico.

Es capaz de sobrevivir depredando como todos los Trileros de río, atrayendo a sus víctimas  con la realización pequeñas tareas manuales de escasa cualificación. Aunque ha creado métodos de subsistencia con intervenciones en diferentes medios desde los que, en una paupérrima defensa del pescador tradicional, engatusa a sus víctimas para conseguir su proximidad e inmediatamente depredarlas. Suele tener grande dificultades para conseguirlo y es que lo suyo es una carrera de fondo. Es por esto que suele ser que a finales del invierno, cuando en los primeros días crecientes de marzo sale de su letargo, convoca a todas sus presas y se da el atracón del año a la puerta de su casa.

Dentro del ámbito de las hibridaciones o simbiosis, se han documentado acercamientos con el Gordo de río (Fat fluvius septentrionalis), e incluso se han observado mutaciones del genero Cipota al género Caradurus, si bien los estudios aún se encuentran en fase de desarrollo, lejos de llegar a ser considerados axiomas.

Para lograr la continuidad de los estudios, en un ejercicio de puro altruismo, el Mosquero Petulante en estos momentos está colaborando y ha creado una campaña de crowdfunding para continuar el desarrollo de  los trabajos de  los Doctores Raposero y  Sáenz de Minglanilla sobre esta especie de la que todavía no se tienen todos sus detalles sobre su comportamiento.

La especie Caradurus horribilis goza de una explosión demográfica sin precedentes, fruto de la cantidad de ingenuos que pululan por los medios fluviales, lacustres, terrestres, marítimos y virtuales. Si bien es cierto que se encuentran en una época de bonanza, no es menos cierto que los mayores expertos en materia poblacional como los doctores eméritos del Campus de Brazatortas aventuran un escenario complicado para la especie que puede acarrear inciertos resultados para su viabilidad.

Debido a su categoría de súper-predador y al lento crecimiento de la cartera de sus presas, se prevé un estancamiento poblacional a cinco años vista, lo que originará fuerte competencia intra-específica entre las diferentes subespecies del género Caradurus que consigan adaptarse.

En cualquier caso, actualmente tiene la catalogación “Sensible a la alteración del hábitat” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.

(1)    Nota del autor: En la ruina.

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