domingo, 28 de diciembre de 2014

Taller de análisis de Montaje. Moscas secas y la huella intrínseca derivada anterior.

En el montaje de moscas y la pesca exhibicionista de salón, existe cuatro factores que debemos tener en cuenta para que nuestra imitación sea superlativa además de transgresiva e intrusiva.
La primera y no menos importante, es tener un torno de montaje.
La segunda, en cuanto a la relatividad de los fenómenos del montaje, andar con anzuelos, plumas y pelos.
Finalmente, la tercera y en acción de montaje expresivo, hay que ver en la cuarta dimensión de la mosca,  la famosa y archiconocida huella intrínseca derivada anterior. Jake&Finn en 1955, hablaron por primera vez de este fenómeno en su famoso tratado “shittingflies”, una joya por desgracia descatalogada.

 
Puede apreciarse claramente, que la imitación de la derecha lleva implicita la huella intrínseca derivada anterior y la de la izquierda, no.

Si no sabéis  calcular esta huella intrínseca derivada anterior en vuestras moscas secas, no pescaréis ni la mitad de lo que lo hago yo. Es así, la pesca en ríos de dos palmos de profundidad y tres de ancho, enseña estas perogrulladas;  pero no por ello voy a dejar de explicar, sucinta y claramente, que es la huella intrínseca derivada anterior y sobre todo, como aplicarlo en acción de pesca. Desgranemos este fenómeno definido por Jake&Finn:
En primer lugar, la huella. Por ejemplo de un tricóptero. Hay que decir que sin zapatos, el trico no deja huella y ahí ya estoy dando demasiadas pistas.  Zapatero a tus zapatos. Es evidente e incandescente, en el lance, cuando las posturas en el río son obtusas, que  la huella marca la diferencia. Cada fibra de pelo o dubbing, deberá cubrir en abanico invertido toda la tija, con una densidad media de fibras (entre el máximo y el mínimo) y por supuesto en base a los colores del tono de las piedras del lecho de cada río. Es ahí donde las truchas toman rápidamente la decisión y debemos estar preparados. Cualquier error se traduce en incomprensión de los peces y perplejidad ante los acontecimientos. Es fundamental prestar atención.

 
Pescador, abordando de manera correcta, una postura fluvial obtusa.

En segundo lugar, intrínseca, de uno mismo, con su mecanismo. Externamente nunca será lo mismo que cuando es de uno, ¡acabáramos!
Ahora llegamos a la parte fundamental, una mosca debe ser derivada en la huella. Si, así es, con  la derivación de los pelos o fibras del cuerpo hacia un lado y hacia el otro (recordad, en abanico invertido), la imitación transcurre en un “impás” de fenómenos incipientes, que al final hacen que las truchas estimulen sus receptores alimentarios y su instinto asesino se vea potenciado en 4 o 5 nanosegundos (hay estudios científicos recientes que hablan de hasta 8 nanosegundos). Evidentemente, se cumple  la ley de la botella a rajatabla, porque de lo contrario va para allá,  nunca la traemos y moscas sin derivada, ya lo he dicho; no pescan.
Por último y no menos importante, la huella debe ser anterior, porque si es posterior, nunca la veremos.
Ya solo os queda ir al rio y probar estas imitaciones fruto de la observación exacerbada y condicionada. Veréis el resultado. Es asombroso como las truchas detectan estos detalles de nuestras moscas.
En un próximo artículo, daré más pistas acerca de otro factor importantísimo, el reflejo circunflejo tetraédrico, o lo que es lo mismo, como perciben las truchas las ondas extra sensoriales a la hora de atacar una imitación y cómo podemos enterarnos de ello.
No os perdáis la próxima entrega, es muy interesante y nadie hasta ahora había tratado esta materia.
Pintona pinturera