domingo, 20 de julio de 2014

Un libro de encargo

Supongo que, a la vista de la calidad de las entradas de mi blog, un editor me ha propuesto que escriba un libro sobre la idiosincrasia del pescador que utiliza el sedal pesado como método de engaño para los peces.

Este tipo de propuestas siempre engordan suficientemente el ego como para, cuanto menos, planteártelo. Pero por detrás de este tipo de propuestas se asoma la psicología del ego, el ego siempre quiere algo imposible, porque sólo puede existir con lo imposible. Nunca podrás colmar el deseo, el ego seguirá empujándote hacia más y más: más afán de protagonismo, más poder de comunicación, más notoriedad en el mundillo, más amigos de pesca, más capturas por encima de las normas éticas, más codicia de reconocimiento. Donde encuentres “mas”, debo recordar que es el lenguaje del ego y no hay modo de satisfacer el ego, como no andemos listos y nos descuidemos, está siempre pidiendo más.

Esta sería la primera razón para canalizar mi modestia y no tratar de influenciar con mis opiniones a través de un medio por el que hay que pagar por acceder a él y, en que la mayor parte del beneficio que genera se lo llevan los que aportan el soporte y la comercialización, vamos los que desde siempre han sabido poner en práctica algo tan liberal como es el ganarse el pan con el sudor de el de enfrente.

Pero me mueven otras razones, no menos trascendentes, para declinar la invitación. Las expongo:

Llevo años revisando lo que, sobre pesca con sedal pesado y señuelos artificiales, se ha escrito. Y afirmo que, salvo honrosas excepciones, existen editores que se ha atrevido a publicar auténticos bodrios que, bajo el amparo del compadreo y un cierto atontamiento  que existe entre los pescadores de mosca que les impele a comprar cualquier artículo sin contrastar su calidad; les ha pillado con la guardia baja y se han visto abocados a abonar el peaje de comprar -y hasta a veces de leer- ejemplares lamentablemente editados, de muy dudosa calidad literaria y en los que se incluyen, además, infinidad de faltas de ortografía.

Reniego, por tanto, de los oportunistas que liban de blog en blog y que desde su altura de miras divisan a cuatro juntaletras a los que doran la píldora para que puedan dar rienda suelta a su demostrada  inmodestia. Y también reniego de que algún escrito mío se pueda comparar con estas publicaciones.

Y ahora el argumento fundamental: vivimos tiempos en que la razón dormita, los miedos despiertan, lo atávico se despereza, los temores primitivos nos poseen, las pesadillas plagadas de engendros y fantasmas, de seres imposibles y espectros que vagan errabundos nos invaden sin tregua. En esas estamos, rodeados de estúpidos que propagan sus estupideces que admitimos como si fueran dogma de fe, creíamos haber avanzado lo suficiente en educación como para tener nuestro propio criterio, pero parece que es mejor que nos lo impongan, siempre tendremos alguno por ahí que estará dispuesto, líbrenos Dios de ellos y de sus amenazas.

1 comentario:

  1. Pero oye! aquí hay calidad, y te lo dice un narcisista odia-todo-lo-que-no-provenga-de-él-mismo (Heiter-selfen-allen-maister-geist Heideggeriano)

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