martes, 22 de julio de 2014

Artesano, mosquero y buen caballero…

Y así lo quiero: artesano, mosquero y buen caballero, que luzca en su copa pluma de ave, pluma de ingle, pluma de moño: la pluma más rara, una pluma de barba, una pluma vistosa… una pluma emplumada.
Artesano, mosquero y buen caballero, con cara de bobo, con rostro de torpe, que sea muy tonto, que sea de baba, ¡qué digo baba!: del bote. El tonto más tonto de cuantos los halla. Que su cara de tonto refleje su alma. De buche generoso y cara de pan, con cara redonda, y altanería de troncho. Con voz de pito y papada de obispo, que sepa de duendes, de hombres, de honor, de orgullo… de moscas, de líneas, de cañas… de babas…

Artesano, mosquero y buen caballero, que sorbe del plato, que taje la hogaza, y al punto y sin ten, se taje el dedo y la uña; se taje una uña…

Artesano, mosquero y buen caballero, de púlpito púrpura, que igual sirva para denunciar capitostes o remamar huevos. Que lama un buen culo allende los mares y si los mares son muchos, lo lama más cerca. Que persiga fantasmas, molinos, espantajos y bichos con alas.

Artesano, mosquero y buen caballero, egoísta, altanero, que quiera los ríos para él y su parentela. Que busque autobuses, llene camiones, con grupos de “amigos”, de esos “del alma”. Que los llene todos, los meta en el agua y los lleve a sorber del río, el río de las hadas.

Artesano, mosquero y buen caballero, que confunda al vecino con amigo del alma, al conocido con compadre de sangre, y a la postre, y sin ton ni son, los llame “mi amigo”, con cara de tonto y boca de albarca.

Artesano, mosquero y buen caballero que apelotone las plumas, que apelmace los hilos, que amase los cuerpos y abulte cabezas, que remate sus palomos, con manos de cerdo y gusto de lerdo. Que sea artesano, que destripe terrones, que monte engendros multicolores.

Artesano, mosquero y buen caballero, que diga verdades, las medias verdades, escupa mentiras y grite sandeces. Relate patrañas, cuente lo indecible y no diga nada. Que cuente milongas, que cuente batallas, que escriba en inglés, en castellano, que recite en fabla. Que tire la piedra y esconda la mano, que diga que dice, y no diga nada.

Artesano, mosquero y buen caballero, que hable del alma, que mezcle Castilla, Asturias y España. Que diga “maese” con voz cortesana, que hable de truchas, de ríos, de moscas y trallas. Que coma torreznos y cene fabada, que hinche la panza, que diga “pintonas”, que hable de “amigos”, y cuentos de hadas.
Artesano, mosquero y buen caballero… mejor, no lo quiero…

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