El rizo ya está rizado, hemos llegado a un punto de imaginación en las descripciones de las jornadas de pesca que se publican en muros y blogs que ya no hay quién se las crea.
El nutrido grupo de humoristas que forman Muchachada Nui lo reflejaron perfectamente en uno de sus más memorables sketchs: Invent Man. Que se resumía en que si tienes una vida triste y monótona, lo mejor es que te inventes otra paralela, y de vidas paralelas que se hacen públicas tenemos a nuestra disposición un gran repertorio.
Por lo tanto permítanme, queridos lectores, que manosee un poco la mentalidad de todos aquéllos que se han creado un personaje en las redes sociales para que, además de por otros oscuros intereses, los demás sientan admiración por ellos. Lo haré imitando su prosaica literatura.
De nuevo regresé a las montañas de Patagonia en busca esos paraísos de pesca que ya no existen más que en la imaginación de los que todavía la usan para no engañar a los demás. Dejaba atrás el mundo de cotos intensivos en el que me labré la fama gracias a las maravillosas fotografías que …, paparruchas.
Tras aquella cebada hubo otra, las truchas parecían de gran porte por la forma de embocar las moscas que continuamente bajaban sobre la película del agua, las capturas se sucedían al mismo tiempo que mis movimientos se acompasaban con los de la cinta continua de agua de tal forma que mi cuerpo era parte del río, me sentía como si…, chorradas.
Os voy a relatar otra bonita jornada en el río tántrico, hoy he venido con mi amigo Palomero y esperamos tener un buen día de pesca, como nos tiene acostumbrados, en sus maravillosas aguas color turquesa. (…)¡Mirad la primera pintona que ha tenido a bien coger mi mosca!, ¡mirad que bonita! Mi compañero ha pescado otra un poco más arriba…, cursiladas pretenciosas.
La trascendencia de los claros (o los oscuros) en pequeños regatos (o grandes ríos), y la importancia (o la intrascendencia) de donde situar nuestra mosca en el agua (o en un árbol) depende de nuestra ubicación en el río, de la altura del sol, de cómo sople el viento, de la colocación de los peces, de la época del año, de la presión atmosférica, de la humedad relativa, de las últimas lluvias, de la temperatura del agua, de…; un dechado de precisión.
En esas estamos, cercados de osados que propagan su vacuo mensaje sin moderación y conocimiento, y aunque creíamos haber avanzado lo suficiente como para tener nuestro propio criterio, no está de más implorar a los santos del cielo para que lo mantengamos y nos libren de ellos y de sus amenazas.
Letanías de los que están en los cielos*.
• Por los querubines: Dadnos, santos del cielo, claridad de juicio
• Por los serafines: Dadnos, santos del cielo, rigor científico.
• Por los tronos: Dadnos, santos del cielo, un cuerpo de doctrina.
• Por las dominaciones: Dadnos, santos del cielo, mucho discernimiento.
• Por las virtudes: Dadnos, santos del cielo, la capacidad de relativizar.
• Por las potencias: Dadnos, santos del cielo, una visión global bastante aproximada.
* De la película "Amanece que no es Poco". Jose Luis Cuerda
sábado, 9 de diciembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
Nosce te ipsum
He observado que mi estado de ánimo al escribir no depende de con qué pie me levanto, sino que lo hace según el lado en el que me recuesto en la cama al dormir.
De tal forma que, si me reclino sobre mi costado derecho, al día siguiente la acritud impregna mi retórica, y si lo hago del lado contrario el humor vence al desabrimiento. Por lo que es fácil deducir que cuando duermo decúbito supino inconscientemente mezclo las dos cualidades más comunes en mis párrafos (para los interesados nunca duermo decúbito prono por lo que pueda pasar).
He observado que del mismo modo mi microbiota intestinal influye decisivamente en el equilibrio estructural de mis diatribas, ya que no es lo mismo cenar un par de huevos fritos con torreznos y chorizo -acompañados de una buena sartenada de patatas y un buen tinto-, que una triste sopa de fideos de sobre. En el primer caso imagino felices a todos mis microorganismos residentes en una gran fiesta gastronómica que destila bienestar en mi cerebro, mientras que en el segundo los imagino tristes y desabridos, transmitiéndome pocas ganas de ser considerado y apacible.
No hay como conocerse a sí mismo para poder comprender a los demás, investigar en su forma de dormir, de comer y cómo éstas influyen en su manera de expresarse y actuar ante el mundo en las ventanas virtuales que tan generosamente nos regalan los que se enriquecen a costa del talento ajeno.
Así que bajo este punto de vista onírico-gastronómico, he realizado una pequeña categorización de los pescadores que a bien tienen demostrar su naturaleza como resultado de las características de pitanza que ingieren.
Nadie se conoce a sí mismo hasta la primera resaca o el primer retortijón, es sabido que los malos momentos son los que nos hacen evolucionar tanto como pescadores como personas, después de una mala noche vendrá un día peor, después de una mala jornada de pesca puede venir una mejor –o no-; pero pocas cosas son mejores que acostarse con el buen sabor de boca de tener colocados a cada uno en su sitio.
Yo, la verdad, estoy encantado de conocerme.
De tal forma que, si me reclino sobre mi costado derecho, al día siguiente la acritud impregna mi retórica, y si lo hago del lado contrario el humor vence al desabrimiento. Por lo que es fácil deducir que cuando duermo decúbito supino inconscientemente mezclo las dos cualidades más comunes en mis párrafos (para los interesados nunca duermo decúbito prono por lo que pueda pasar).
He observado que del mismo modo mi microbiota intestinal influye decisivamente en el equilibrio estructural de mis diatribas, ya que no es lo mismo cenar un par de huevos fritos con torreznos y chorizo -acompañados de una buena sartenada de patatas y un buen tinto-, que una triste sopa de fideos de sobre. En el primer caso imagino felices a todos mis microorganismos residentes en una gran fiesta gastronómica que destila bienestar en mi cerebro, mientras que en el segundo los imagino tristes y desabridos, transmitiéndome pocas ganas de ser considerado y apacible.
No hay como conocerse a sí mismo para poder comprender a los demás, investigar en su forma de dormir, de comer y cómo éstas influyen en su manera de expresarse y actuar ante el mundo en las ventanas virtuales que tan generosamente nos regalan los que se enriquecen a costa del talento ajeno.
Así que bajo este punto de vista onírico-gastronómico, he realizado una pequeña categorización de los pescadores que a bien tienen demostrar su naturaleza como resultado de las características de pitanza que ingieren.
- El tripero es un individuo que se alimenta de lo que le facilitan los demás, vive de pegar manga, de que le lleven en coche al pesquero y allí le den de comer. Debido a la variabilidad de los contenidos de su alimentación, de la mezcla de grasas y de las libaciones etílicas –que le son inherentes-, su dieta es una sucesión de excesos amparados por su concepto vital de no saber si existe un mañana; lo que le provoca un profundo sueño del que solo sale para decirte: “Vale, déjame 20 euros”.
- La RAE dice que el estomago agradecido es una persona que responde con sus servicios a ciertos favores o beneficios materiales recibidos. En este ocasión, esta definición yo la mutaría por un nombre compuesto por un verbo y un sustantivo un tanto soez. Por lo tanto podemos suponer que los que se incluyen en este apartado duermen con un cierto mal sabor de boca después de tanto tragar. En todos los círculos sociales existe alguno, que tendría poco trabajo si no hubiera tarados tan aficionados a ser adulados.
- Sólo realizando un cambio de verbo en el nombre compuesto aludido en el párrafo anterior, nos aparece la definición de otro comensal frecuentador del río, el empachoso. Su estupidez le lleva al resentimiento y éste a las malas digestiones, por lo que genera excesiva producción de bilis. Es fácil cuadrar la ecuación con noches llenas de pesadillas relacionadas con obsesivas venganzas.
- El personaje del catacaldos es común en el mundillo de la pesca, ahíto estoy de aquéllos que demuestran lo bien que lo hacen todo lo que hacen mal. Sin duda es un personaje de sueño ligero y de insomnios tomentosos por mor de los ataques flatulentos del querer y no poder. Los nuevos materiales de montaje, aunque vistosos les juegan malas pasadas y últimamente se ve mucho engendro fotografiado, se nota que se saltan lo básico para empezar por el final.
- Un pancista nunca dice que no a lo que le ofrecen para yantar o libar. Nunca se sacia y siempre hace coincidir su presencia con algún acto en el que el condumio ande presente, todo lo que le entre por el gañote es bien recibido. En el río es el último que se va, el que lo cierra, el que le da miedo dormir porque sabe que en sus sueños los peces tampoco pican.
- El glotón es aquel que come sin moderación lo que le gusta, no sale nunca de la misma poza, rasera o corriente, así que si pensabas pescar aquel recodo que un día conociste y te encuentras alguno de estos ejemplares, despidete de pescarlo. Sueña encontrarse con un jornada en el que las truchas sean tan glotonas como él, pero nunca lo encontrará mientras siga atornillado a su postura.
- Sueña con alcanzar los mas altos estadios de la pesca y por eso el Rebañaorzas expone sin moderación sus vulgares hazañas en lugares secretos que difunde a los cuatro vientos. Iluminado por su asaz falsa modestia, hace proselitismo de lo evidente y se cree envestido de la saya del gentilhombre. Cuando en su descanso cesan sus ansias de protagonismo, su delirio onírico, fruto del exceso de colesterol en su dieta, maquina pueriles trabajos mediáticos que abochonan a los incautos que se ven atraidos por sus cantos de sirena.
Nadie se conoce a sí mismo hasta la primera resaca o el primer retortijón, es sabido que los malos momentos son los que nos hacen evolucionar tanto como pescadores como personas, después de una mala noche vendrá un día peor, después de una mala jornada de pesca puede venir una mejor –o no-; pero pocas cosas son mejores que acostarse con el buen sabor de boca de tener colocados a cada uno en su sitio.
Yo, la verdad, estoy encantado de conocerme.
domingo, 12 de noviembre de 2017
Los óvalos, las equis y las zomas, o la irascibilidad de las bilis obsesivas
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?”
Catilinarias, Cicero
La, le li lo lu
el lelo que piensa que fuiste tú…
la, le, li, lo, lu la zoma de entrance
que pescas tú…
la, le, li, lo, lu
There´s no one more tolimo than you.
Después de un largo paréntesis retomo mis lecciones de antropología social para poner de relieve nuevos hallazgos en relación a las culturas del magdaleniense en el delta del Nilo y el delta del Albardana.
Como Uds. recordarán, en anteriores entradas pudimos analizar las voluptuosidades de las mentes circulares de los nuer y su influencia en la pesca
(ver http://elmosqueropetulante.blogspot.com.es/2014/08/los-conos-los-bichos-del-rio-o-las.html ).
En mis digresiones pretéritas, me hice eco de los nuevos descubrimientos del prof.Müller-Steinhauer y deje la puerta abierta a nuevas novedades que pudieran surgir en los yacimientos ubicados en la rica zona en vestigios del paleolítico medio comprendida entre Abu-sin-bel y Torrubia de los Llanos.
Recientes hallazgos del profesor Helmutt V. Hewttingërn, de la Universidad de Stoongrönderr han puesto en jaque las tesis, ya clásicas, sobre la tipografía y el efecto de las bilis en la sinapsis neuronal de los pescadores-recolectores del magdaleniense enunciadas por el profesor emérito del Dpto. de Antropología Social Comparada Severino Carapobre, a la luz de nuevos vestigios descubiertos en excavaciones al norte del delta del Albardana. Según la tesis central del sistema del Dr. Carapobre, sic. “las bilis afectan a la proto escritura simbólica de los pueblos pescadores-recolectores al sur de los deltas del Nilo y el Albardana”. Esta conclusión extraída tras someter al carbono 14 los restos domésticos de varios núcleos habitados cerca de Minglanilla y datados en el 22.000 AC (entre los que se hallaron pipas de melón ronchón y trazas de atascaburras)
Fig.1: Habitantes actuales del Acebrón en una corraliza hartos de melón ronchón y atascaburras |
Fig. 2. Compendio de símbolos tallados en cortezas de melón de los habitantes del magdaleniense en los deltas del Congo y del Riánsares descubiertos por el profesor Carapobre en sus investigaciones. |
Sin embargo, como ya ha sido anticipado unas líneas más arriba en este artículo, los nuevos descubrimientos realizados por el profesor Helmut V. Hewttingërn, de la Universidad de Stoongrönderr, al norte de los deltas del Nilo y el Albardana ponen en entredicho las tesis sostenidas por la tradición anterior.
Según los primeros indicios apuntados, ya en 2014, por el profesor de la universidad West Membrilla Sebastián Cascaembalde, podrían haber existido poblaciones relictas de individuos mucho más al norte que mostraran evidencias de acumulación de bilis en el mesoencéfalo y el cuerpo calloso. Estos individuos pertenecientes a bandas de pescadores a mosca, según los restos hallados, mantenían una dieta alejada del consumo de melón ronchón y atascaburras y de los que tenemos certeza que no tuvieron contacto cultural con las tribus al sur del delta del Nilo y el Albardana, y sin embargo, y he aquí lo más sorprendente de la cuestión, los restos litográficos descubiertos presentan una obsesión compulsiva a la hora de pintar óvalos y “X” en las escenas de pesca que describen los petroglifos producto de su cultura, muy similares a los utilizados por aquéllos.
Un intenso año de excavaciones y estudios por parte del profesor Hewttingërn, que dejó arriñonaos a los del azaón –lo que motivo que sus más allegados colaboradores le bautizaran como “Pataliebre”-arrojaron evidencias materiales en apenas doce meses, y en el 2015, pa'después de la vendimia, la hipótesis del profesor Cascaembalde obtuvo las pruebas empíricas que la avalaban de manos de Pataliebre y su asombroso hallazgo. Según las pruebas aportadas por el profesor Hewttingërn la hipótesis de su colega Cascambalde estaba en lo cierto, pues pudo relacionar dos escritos con idéntica tipografía de lo que aparentemente eran dos individuos distintos, pero que a la postre estudios pormenorizados rebelaron que se trataba del mismo hinchao de bilis, que tan pronto pintaba tontunas en litografías de piedra que describían escenas de pesca con círculos y “X”, como soltaba bilis en dibujos de antiguos poblados situados en las inmediaciones de Villaseca de Ludones, y en ambos casos con la misma tipografía, lo que no arrojaba dudas a la hora de identificar al autor como el mismo individuo. Adicionalmente, y como segunda prueba material, descubrió un cráneo en perfectas condiciones de conservación cuya capacidad estaba sic. “por cima de la arroba y media(…) como la cabeza un sisón” y que era la prueba definitiva de que algunos miembros de bandas de pescadores a mosca al norte del Albardana eran capaces de acumular bilis en el encéfalo de forma espontánea al margen de la dieta, lo que les llevaba a experimentar delirios, desdoblación de personalidad, bilocación y obsesión compulsiva a la hora de representar óvalos, “X” y triángulos en sus pinturas, amén de echar hiel por un colmillo.
Este excepcional descubrimiento le ha valido al profesor Hewttingërnen los últimos meses multitud de reconocimientos por parte de la comunidad científica y varios premios de gran prestigio en el ámbito de la Antropología Cultural Comparada, como el premio Bronisław K. Malinowski de Antropología Social otorgado por la Universidad de Tübingen, el premio al mejor investigador del año en el área de etnografía y antropo-paleontología de la Universidad de Könisgberg, además del premio “Pernil y caña lomo” otorgado por la Universidad Midle-East Totana.
Hasta aquí mi pequeño espacio divulgativo dedicado a la antropología cultural. En próximas entregas les mantendré al corriente de las nuevas líneas de investigación abiertas por la profesora Jacinta de Lomo que profundizan en los descubrimientos del profesor Pataliebre y que están centradas en indagar la relación entre la tontuna, las bilis y el desdoblamiento de personalidad en las antiguas tribus al norte del delta del Albardana y que si finalmente llegan a buen puerto serán el espaldarazo definitivo a la hipótesis que pergeñó en su día el profesor Sebastián Cascambalde y podrían suponer que la profesora Jacinta de Lomo se postulara como una firme candidata a la obtención del galardón más prestigioso del ámbito de los estudios en antropología social de la Manchuela: La medalla de la longaniza.
domingo, 29 de octubre de 2017
Pintona pinturera la caza de fauna mosquera. Reunión de dinosaurios en Ambulatorio de Hormigo 2017
Reunión de dinosaurios en Ambulatorio de Hormigo 2017
¡Los dinosaurios existen! ¡y se reúnen!
Como si de una concentración de moteros canosos se tratase, el pasado fin de semana se reunió lo más rancio y añejo del mundo de la pesca a mosca en la localidad de Ambulatorio, a orillas del río Hormigo.
Como nómadas sin rumbo y acudiendo a la llamada anual de las feromonas del ranciocinio, juntáronse los despojos de una estirpe de mosqueros cuyo nombre ya pocos recuerdan y que en su momento despreciaron la calidad por cantidad… que pobres y ambiciosos intelectuales.
Los manidos temas de conversación, dieron paso a los gastados hábitos sin sorpresa, colección de ojeras, barrigas, años y despuntante caducidad.
Comida, bebida y retroalimentación de historias de batallas más viejas que la orilla del río, cuando
nadie sabía lanzar, cuando nadie sabía montar moscas, cuando nadie sabía nada.Viviendo de los recuerdos de grandes reuniones con grandes expertos y después rememoradas en la apestosa hierba, con líneas sin vida y pompones en blanco y negro.
Los dinosaurios si no desaparecieron, desaparecerán y sus reuniones serán recordadas como la llamada a ese cementerio de elefantes donde ya solo quedan huesos, algún pellejo y un atisbo de verde melancolía.
¡Yo misma les pude ver desde el río!
¡Los dinosaurios existen! ¡y se reúnen!
Como si de una concentración de moteros canosos se tratase, el pasado fin de semana se reunió lo más rancio y añejo del mundo de la pesca a mosca en la localidad de Ambulatorio, a orillas del río Hormigo.
Como nómadas sin rumbo y acudiendo a la llamada anual de las feromonas del ranciocinio, juntáronse los despojos de una estirpe de mosqueros cuyo nombre ya pocos recuerdan y que en su momento despreciaron la calidad por cantidad… que pobres y ambiciosos intelectuales.
Los manidos temas de conversación, dieron paso a los gastados hábitos sin sorpresa, colección de ojeras, barrigas, años y despuntante caducidad.
Comida, bebida y retroalimentación de historias de batallas más viejas que la orilla del río, cuando
nadie sabía lanzar, cuando nadie sabía montar moscas, cuando nadie sabía nada.Viviendo de los recuerdos de grandes reuniones con grandes expertos y después rememoradas en la apestosa hierba, con líneas sin vida y pompones en blanco y negro.
Los dinosaurios si no desaparecieron, desaparecerán y sus reuniones serán recordadas como la llamada a ese cementerio de elefantes donde ya solo quedan huesos, algún pellejo y un atisbo de verde melancolía.
¡Yo misma les pude ver desde el río!
domingo, 15 de octubre de 2017
La mirada de los otros
Hace poco cayó en mis manos un plano (la verdad es que no sé si definirlo así) de cómo un inextricable, excéntrico y atribulado autor explicaba al mundo cómo debería ser el abordaje de un tramo para pescar la trucha a mosca en una zona de río de montaña a través de una fotografía esquematizada con textos e indicaciones gráficas.
Además de causarme su cándido arrojo una ternura casi pueril, no puedo más que admirar la capacidad del autor para ver en tres dimensiones lo que se soporta sólo en dos y considerar vana su inocente pretensión de que todos interpretáramos el plano a través de su mirada; casi sin querer la fotografía evocó en mi imaginación varías imágenes que darían para guionizar más de un programa de ciencias ocultas o parapsicología, pero quién sabe… ¿alguno conoce al piloto de la nave del misterio?
El plano vino acompañado de un texto que aclaraba todo y que rápidamente puso límite a mi alucinación ya que definía a la perfección el contenido de la estampa: “Plano del aterrizaje en Marte”.
No es que tenga animadversión a la innovación ni a los que con ella quieren pasar a la posteridad, pero creo que hacer una oportuna crítica –y publicarla, ya que son multitud los que las hacen en privado- a los desvaríos de un visionario, es una labor que me corresponde ya que me gusta la comedia. Desde otro punto de vista su trabajo sería difícil de entender.
No me ha costado mucho encontrar en la obra de otro gran comediante un argumento que encaja en parte con su trayectoria:
http://www.tvpublica.com.ar/programa/73173-2/
Además de causarme su cándido arrojo una ternura casi pueril, no puedo más que admirar la capacidad del autor para ver en tres dimensiones lo que se soporta sólo en dos y considerar vana su inocente pretensión de que todos interpretáramos el plano a través de su mirada; casi sin querer la fotografía evocó en mi imaginación varías imágenes que darían para guionizar más de un programa de ciencias ocultas o parapsicología, pero quién sabe… ¿alguno conoce al piloto de la nave del misterio?
El plano vino acompañado de un texto que aclaraba todo y que rápidamente puso límite a mi alucinación ya que definía a la perfección el contenido de la estampa: “Plano del aterrizaje en Marte”.
No es que tenga animadversión a la innovación ni a los que con ella quieren pasar a la posteridad, pero creo que hacer una oportuna crítica –y publicarla, ya que son multitud los que las hacen en privado- a los desvaríos de un visionario, es una labor que me corresponde ya que me gusta la comedia. Desde otro punto de vista su trabajo sería difícil de entender.
No me ha costado mucho encontrar en la obra de otro gran comediante un argumento que encaja en parte con su trayectoria:
http://www.tvpublica.com.ar/programa/73173-2/
domingo, 24 de septiembre de 2017
La desmesura
Parece imposible que nuestra especie haya salido de la molicie inherente a su fatum. Somos de natural relajado, si tuviéramos la certeza de tener resuelto el peculio y careciéramos del miedo que nos han inculcado desde que empezábamos a pensar (e incluso antes, ya que algunos gremios llevan muchos siglos preocupándose de que no lo hagamos por nosotros mismos), no moveríamos ni un dedo a no ser que fuéramos a hacer algo que nos produjera algún tipo de satisfacción. Si a esto le añadiéramos la posibilidad de que –dada esta supuesta circunstancia- fuéramos bastantes menos los que pudiéramos abusar de la abundancia del planeta, seguramente no me habría dedicado a escribir este blog y no estarías leyendo los devaneos de mi teclado.
Pero el destino de nuestro linaje en algún momento cambió y comenzó una competencia en la que nunca sabremos quién es el verdadero adversario porque seguramente se nos metió dentro. Algo nos transformó hasta el punto de que ya no hace falta que nadie imponga un censor para que limite nuestra independencia personal.
Ya quedan pocos que hagamos nuestra esa maravillosa frase de “a mí que me dejen tranquilo”, entendiendo la vida como un lugar sin complicaciones y sin saber (ni querer saberlo) que es lo que hacen los demás, ahora no nos escapamos de saberlo todo y de tener una opinión, aunque sea impuesta o elegida en uno de tantos escaparates.
Dejadme, por favor, disfrutar de la pesca sin aditivos, sin sobre-motivaciones, sin competencia, sin intromisiones comerciales, sin vigilancia y sin pregoneros. Sin el exceso de datos, ni de opiniones apadrinadas y de manipulaciones: dejad que vuestra influencia no impida el deleite cuando pesco, dejad que me lleve el ocio y no el negocio (que al fin y al cabo en la negación del primero).
Es la parvedad de tiempo del que dispongo para abandonar tanta desmesura.
Pero el destino de nuestro linaje en algún momento cambió y comenzó una competencia en la que nunca sabremos quién es el verdadero adversario porque seguramente se nos metió dentro. Algo nos transformó hasta el punto de que ya no hace falta que nadie imponga un censor para que limite nuestra independencia personal.
Ya quedan pocos que hagamos nuestra esa maravillosa frase de “a mí que me dejen tranquilo”, entendiendo la vida como un lugar sin complicaciones y sin saber (ni querer saberlo) que es lo que hacen los demás, ahora no nos escapamos de saberlo todo y de tener una opinión, aunque sea impuesta o elegida en uno de tantos escaparates.
Dejadme, por favor, disfrutar de la pesca sin aditivos, sin sobre-motivaciones, sin competencia, sin intromisiones comerciales, sin vigilancia y sin pregoneros. Sin el exceso de datos, ni de opiniones apadrinadas y de manipulaciones: dejad que vuestra influencia no impida el deleite cuando pesco, dejad que me lleve el ocio y no el negocio (que al fin y al cabo en la negación del primero).
Es la parvedad de tiempo del que dispongo para abandonar tanta desmesura.
sábado, 9 de septiembre de 2017
Indulgencia para los necios
Arrogarse la capacidad del perdón es tanto como situarse por encima de los que son suspicaces de ser perdonados.
Hay profesionales a los que les cuesta toda una carrera
poder otorgar perdones oficiales (luego se ponen un disfraz y de esta guisa se
afanan por defender los valores fundamentales de los intereses establecidos);
sin embargo a otros, sin la necesidad de subirse a un escaño, se nos ha
concedido por el simple hecho de publicar en un blog y que otros lo lean y
ponderen las razones en él expuestas.
Por supuesto que el juicio que un humilde opinador como yo pueda ejercer, no tiene más consecuencias que la inoculación de una leve dosis de mi ética particular y supongo que algo de incidencia en el intento de abrir un poco las ventanas para crear una corriente que despeje tanto aire viciado como respiramos, aunque a veces se cuele un cierto tufillo de acritud posible e involuntariamente motivado por el hartazgo.
Por supuesto que el juicio que un humilde opinador como yo pueda ejercer, no tiene más consecuencias que la inoculación de una leve dosis de mi ética particular y supongo que algo de incidencia en el intento de abrir un poco las ventanas para crear una corriente que despeje tanto aire viciado como respiramos, aunque a veces se cuele un cierto tufillo de acritud posible e involuntariamente motivado por el hartazgo.
Casi todos tenemos derecho a ser perdonados cuando cometemos
algún acto en contra de este bienestar que nos hemos concedido y es de
reconocer que las faltas veniales que habitualmente vemos en los otros inducen
a mantener altos los reflejos frente a la soberbia, la ineptitud, el exhibicionismo,
la publicidad, la manipulación, la falsa humildad y el amiguismo interesado.
Para que todos los que se dejan llevar por los placeres del
ego y de la codicia puedan reconciliarse con los que ya hemos llegado al punto
de sublimación, propongo que la próxima temporada de pesca sea Jubilar. Por lo
que si aquéllos que reproducen sin cesar sus incontenibles deseos de perpetuar
la divulgación de sus ocurrencias las reducen -por lo menos a la mitad- recibirán
mis indulgencias plenarias
De las faltas capitales ya hablaremos…
domingo, 20 de agosto de 2017
El maniqueísmo
No dejo de asómbrame ante las actitudes serviles de palmeros incondicionales que son arengados con las palabras adecuadas, tanto si son a favor del discurso del palmeado, como si el palmeado hace discursos contrarios a sus intereses (curiosa paradoja esta de los intereses cambiantes, por otro lado habitual en nuestros días). Digamos que el gremio de los que gustan de volantes, lunares y chorreras en sus camisas son perfectamente manipulables una vez que el discurso de su sádico de cabecera ha hecho caer la barrera de su nivel de crítica (aunque sospecho que entre este colectivo el nivel de esta cualidad también es crítico).
Cómo consiguen los "adalides piscatoriales" este efecto antibarreras se explica con estratagemas que noquean a cualquier confundido que no tenga un mínimo de oposición lógica a tantas memeces que cotidianamente se proclaman. Los sociólogos, políticos y publicistas se ganan la vida con esto, unos estudiándolo y los otros vendiéndolo. Consiste en transmitir un mensaje introduciéndolo en un cuento que nos despiste del verdadero propósito que encierra, si en el cuento hay algo que nos identifica, la barrera ya está traspasada y el mensaje colado. Si a esto le sumamos una dosis de metafísica que no entienda ni él, un mensaje con palabras sencillas y tiernas, otro poco de demagogia, algo de campechanía y una pizca de soberbia, ya tenemos al líder carismático perfecto.
Sorprende que personajes que no saben escribir más de cinco palabras sin cometer alguna falta de ortografía (algunas veces, y dependiendo para qué público se dirija, ésto es una gran ventaja), manejen técnicas de marketing tan avanzadas. No cabe duda de que estas habilidades arcanas que se transmiten inconscientemente a través del acervo, tienen el mérito de engañar al que anda desorientado en busca de algún mesías o al que no tenga claro por dónde van sus intereses. Mi intención es que por lo menos sepamos cuales son los trucos que se emplean en este juego maniqueo.
domingo, 13 de agosto de 2017
Ejercicio de empatía
Hay veces que, aún teniendo, se te quitan las ganas de tener ganas.
Pero hoy no a ser una de esas ocasiones, siempre he pensado que alguien que supiera que significa esa palabra, podría acusarme de catagelasticista, pero el que lo haga tendrá mucho que argumentar después de haber sonreído con mis textos para no identificarse también en este colectivo. Es más, si no lo fueras, querido lector, no estarías leyendo estos párrafos nada más que por aumentar el grado de desprecio que puedas sentir hacia mí. No obstante si te identificas con aquéllos que se divierten con los defectos ajenos, piensa que después de tanto leer en este blog, seguro que en alguno de mis textos alguien te habrá visto reflejado.
Casi siempre escribo para tapar la boca a uno o a varios gilipollas, me inspiro más cuanto más grande es la gilipollez por la que escribo. Por lo que es sencillo descubrir a través de la calidad de mis textos el grado de esta cualidad que tienen a los que van dirigidos. Me animo a escribir observando desde un punto de vista empático con aquellos que llevan hasta las últimas consecuencias su anhelada meritoriedad (mediocridad), como si el exponer y promocionar sus hazañas a quién no se las ha pedido fuese el motor de su existencia.
Lo mío no va más allá de una crítica social con afanes constructivos y no hay mejor crítica benéfica que la que se realiza después de un ejercicio de empatía.
Pues bien, me voy a meter en su pellejo para intentar comprender tanto esfuerzo evangelizador. Voy a ser ocurrente y acudir a la paremiología para entretener a mis lectores con aforismos utilizados ad nauseam en el mundillo de la pesca, propongo ejemplos (algunos manipulados) de cada una de sus representaciones:
Un adagio es una sentencia breve, de origen popular que suele tener un significado moralizante: “El que quiera peces que se moje el culo”.
Un apotegma es un dicho breve y sentencioso proferido o escrito por algún personaje ilustre o famoso: “Me encanta pescar. Pones el anzuelo en el agua y no sabes lo que está en el otro lado. Tu imaginación está toda ahí abajo”.
Una máxima es una frase que expresa brevemente una regla de enseñanza o principio moral generalmente admitido: “Regala un pescado a un tonto y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo tendrás dándote la tabarra durante el resto de su vida”.
Un proverbio es una sentencia de origen popular que expresa un consejo, enseñanza o crítica: “Siempre, siempre, captura y suelta”.
Un refrán es un dicho de tradición popular que contiene una enseñanza moral o consejo: “Un tonto engaña a cientos si le dan lugar y tiempo”.
Y una sentencia es un dicho o expresión breve que contiene una opinión, juicio o parecer sobre una cosa, suele encerrar doctrina o moralidad: “Pescar es algo más que sacar peces”.
También podría acudir al esperpento para exacerbar las infames cualidades de los literatos de andar por casa que la pesca ha ofrecido al mundo a través de lo que se podría llamar “el capricho en los cambios semánticos en el lenguaje escrito”, que es un estilo más rayano a la cursilería o a la dislexia que al uso de cualquier figura retórica en el que se pueda encajar este género de hilarante tortura. Pero no es mi deseo agotar al lector y lo dejo para encontrar mejor inspiración en las próximas gilipolleces que vea, oiga o lea; que seguro no tardo mucho.
Pero hoy no a ser una de esas ocasiones, siempre he pensado que alguien que supiera que significa esa palabra, podría acusarme de catagelasticista, pero el que lo haga tendrá mucho que argumentar después de haber sonreído con mis textos para no identificarse también en este colectivo. Es más, si no lo fueras, querido lector, no estarías leyendo estos párrafos nada más que por aumentar el grado de desprecio que puedas sentir hacia mí. No obstante si te identificas con aquéllos que se divierten con los defectos ajenos, piensa que después de tanto leer en este blog, seguro que en alguno de mis textos alguien te habrá visto reflejado.
Casi siempre escribo para tapar la boca a uno o a varios gilipollas, me inspiro más cuanto más grande es la gilipollez por la que escribo. Por lo que es sencillo descubrir a través de la calidad de mis textos el grado de esta cualidad que tienen a los que van dirigidos. Me animo a escribir observando desde un punto de vista empático con aquellos que llevan hasta las últimas consecuencias su anhelada meritoriedad (mediocridad), como si el exponer y promocionar sus hazañas a quién no se las ha pedido fuese el motor de su existencia.
Lo mío no va más allá de una crítica social con afanes constructivos y no hay mejor crítica benéfica que la que se realiza después de un ejercicio de empatía.
Pues bien, me voy a meter en su pellejo para intentar comprender tanto esfuerzo evangelizador. Voy a ser ocurrente y acudir a la paremiología para entretener a mis lectores con aforismos utilizados ad nauseam en el mundillo de la pesca, propongo ejemplos (algunos manipulados) de cada una de sus representaciones:
Un adagio es una sentencia breve, de origen popular que suele tener un significado moralizante: “El que quiera peces que se moje el culo”.
Un apotegma es un dicho breve y sentencioso proferido o escrito por algún personaje ilustre o famoso: “Me encanta pescar. Pones el anzuelo en el agua y no sabes lo que está en el otro lado. Tu imaginación está toda ahí abajo”.
Una máxima es una frase que expresa brevemente una regla de enseñanza o principio moral generalmente admitido: “Regala un pescado a un tonto y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo tendrás dándote la tabarra durante el resto de su vida”.
Un proverbio es una sentencia de origen popular que expresa un consejo, enseñanza o crítica: “Siempre, siempre, captura y suelta”.
Un refrán es un dicho de tradición popular que contiene una enseñanza moral o consejo: “Un tonto engaña a cientos si le dan lugar y tiempo”.
Y una sentencia es un dicho o expresión breve que contiene una opinión, juicio o parecer sobre una cosa, suele encerrar doctrina o moralidad: “Pescar es algo más que sacar peces”.
También podría acudir al esperpento para exacerbar las infames cualidades de los literatos de andar por casa que la pesca ha ofrecido al mundo a través de lo que se podría llamar “el capricho en los cambios semánticos en el lenguaje escrito”, que es un estilo más rayano a la cursilería o a la dislexia que al uso de cualquier figura retórica en el que se pueda encajar este género de hilarante tortura. Pero no es mi deseo agotar al lector y lo dejo para encontrar mejor inspiración en las próximas gilipolleces que vea, oiga o lea; que seguro no tardo mucho.
domingo, 30 de julio de 2017
La intrascendencia
Hay veces que las sátiras que elaboro recorren sendas paralelas a la realidad, es bastante complicado ceñirse a la estrecha vereda que trazan los acontecimientos sin salirse de sus márgenes, y por eso ni lo intento, si por un casual alguno cree que ambos caminos coinciden en su totalidad seguro que el mérito es suyo, pero es posible que algunas veces se crucen e incluso que en algunos tramos se superpongan.
Las causas se pierden o se ganan ante los que toman decisiones por distintos motivos que, a tenor de cómo funciona actualmente el comportamiento de los grupos sociales relacionados con la pesca, podríamos establecerlos como:
Del orden de intrascendencia en que se coloquen estas acciones surgirá la fórmula decisoria que tendrá como consecuencia el resultado de las medidas tomadas y también nos dará el índice de calidad del sistema de convivencia que nos hemos dado.
Por supuesto que, en todos y cada uno de los argumentos que se aducen para inclinar la balanza, intervienen por un lado la perfidia, la manipulación y la mezquindad; y por el otro la inconsistencia, la idealismo y la filantropía. Estos rasgos del comportamiento humano, unidos a otros tan característicos como la codicia y la estupidez, forman el caldo base.
Pero para entender el resultado del potaje de mezclar todos estos ingredientes, hay que elegir bien la cacerola en que se han metido, conocer la temperatura que pueden alcanzar y saber proporcionar correctamente los ingredientes de la receta. Como es lógico eso sólo lo hacen bien los buenos cocineros experimentados y aunque desgraciadamente no hay muchos, si es posible que puedan llegar a crear escuela. Los que probamos el resultado de este guiso podemos tener nuestra opinión y nuestro gusto, pero lo mejor es no meterse hasta la cocina sin saber bien de lo que en ella se cuece.
Las causas se pierden o se ganan ante los que toman decisiones por distintos motivos que, a tenor de cómo funciona actualmente el comportamiento de los grupos sociales relacionados con la pesca, podríamos establecerlos como:
- El interés económico
- La presión política
- El tráfico de influencias
- Las campañas mediáticas
- La presión jurídica
- La protesta por vía administrativa
- La reivindicación colectiva organizada
- La lucha callejera
- Las razones técnicas
- Las consideraciones éticas
- La conservación del medio
Del orden de intrascendencia en que se coloquen estas acciones surgirá la fórmula decisoria que tendrá como consecuencia el resultado de las medidas tomadas y también nos dará el índice de calidad del sistema de convivencia que nos hemos dado.
Por supuesto que, en todos y cada uno de los argumentos que se aducen para inclinar la balanza, intervienen por un lado la perfidia, la manipulación y la mezquindad; y por el otro la inconsistencia, la idealismo y la filantropía. Estos rasgos del comportamiento humano, unidos a otros tan característicos como la codicia y la estupidez, forman el caldo base.
Pero para entender el resultado del potaje de mezclar todos estos ingredientes, hay que elegir bien la cacerola en que se han metido, conocer la temperatura que pueden alcanzar y saber proporcionar correctamente los ingredientes de la receta. Como es lógico eso sólo lo hacen bien los buenos cocineros experimentados y aunque desgraciadamente no hay muchos, si es posible que puedan llegar a crear escuela. Los que probamos el resultado de este guiso podemos tener nuestra opinión y nuestro gusto, pero lo mejor es no meterse hasta la cocina sin saber bien de lo que en ella se cuece.
domingo, 23 de julio de 2017
Argumentario
Hay actitudes y caras que me resultan tan displicentes como anodinas, quizá sea una asociación fisonómica como consecuencia de lo que, acompañadas con el resto de su cuerpo, dejan escrito que, a poco que no se equivoquen, reflejan su ideario y su forma de afrontar su existencia y de querer dirigir la de los demás.
Por insondables, me resultan curiosas esas actitudes proselitistas que, con detestables y se supone que, indiscutibles argumentos, tratan los de los demás y sus razones como desecho del intelecto. Son posiciones arrogantes que ni por un momento se han planteado analizar el origen de las bases de su discurso, bases impuestas que emanan de un reducido número de conspicuos argumentistas fajados en la mediocridad de la demagogia resultadista.
Encuentro bastantes, pero creo que el mayor problema que tiene este sistema de manipulación de la información es que el segundo escalafón de tertulianos, los que realmente entran en el debate cuerpo a cuerpo, no soportan un asalto dialéctico, ya que su argumentación se desmorona y denota la orfandad y la desnudez con que los han entregado sus popes mediáticos. Cuando esto pasa, siempre tienen la posibilidad de recurrir a las viejas costumbres de intimidar al contrincante, de denostarle o en el peor de los casos de violentarle, actuaciones que son fruto de una tradición muy arraigada que sigue dando resultados. Mientras, los de la primera línea, que no se entretienen en estas actitudes arrabaleras, se dedican a la gran política donde dejan en evidencia su falta de pericia.
Hay diferentes maneras de defender la pesca, pero disfrazar unos intereses particulares de forma que parezcan generales no es la mejor. Estos métodos torticeros pueden dar alas a aquellos que sólo la ven como un modo de crueldad contra los animales.
Por insondables, me resultan curiosas esas actitudes proselitistas que, con detestables y se supone que, indiscutibles argumentos, tratan los de los demás y sus razones como desecho del intelecto. Son posiciones arrogantes que ni por un momento se han planteado analizar el origen de las bases de su discurso, bases impuestas que emanan de un reducido número de conspicuos argumentistas fajados en la mediocridad de la demagogia resultadista.
Encuentro bastantes, pero creo que el mayor problema que tiene este sistema de manipulación de la información es que el segundo escalafón de tertulianos, los que realmente entran en el debate cuerpo a cuerpo, no soportan un asalto dialéctico, ya que su argumentación se desmorona y denota la orfandad y la desnudez con que los han entregado sus popes mediáticos. Cuando esto pasa, siempre tienen la posibilidad de recurrir a las viejas costumbres de intimidar al contrincante, de denostarle o en el peor de los casos de violentarle, actuaciones que son fruto de una tradición muy arraigada que sigue dando resultados. Mientras, los de la primera línea, que no se entretienen en estas actitudes arrabaleras, se dedican a la gran política donde dejan en evidencia su falta de pericia.
Hay diferentes maneras de defender la pesca, pero disfrazar unos intereses particulares de forma que parezcan generales no es la mejor. Estos métodos torticeros pueden dar alas a aquellos que sólo la ven como un modo de crueldad contra los animales.
domingo, 2 de julio de 2017
El problema rural
Estoy afligido por el problema de la despoblación del mundo rural, no es un problema banal y nos afecta mucho a los pescadores que las zonas donde practicamos nuestra afición se queden sin esos afectuosos aldeanos que siempre te preguntan con amabilidad si se te está dando bien, y como contestación a tu respuesta te cuentan con cierta retranca que ahora no hay pesca y que antes si que había, cuando ellos se dedicaban a sacar los peces del río hasta dejarlo tieso. Es entonces cuando se te viene a la mente la posibilidad de que sigan haciendo lo mismo y que la retranca empleada tenga una base firme (sobre todo si el día no se te está dando bien).
La idea de que los pescadores ayudamos a fijar población en el medio rural es más ilusa que romántica, sobre todo desde el punto de vista del ribereño que piensa que antes de que venga otro de fuera a llevarse sus peces es mejor tenerlos a buen recaudo en el arcón. Tal y como está la situación, si te dejas unos pocos euros en desayunar y comprar viandas en un bar de la autovía antes de llegar al desierto demográfico donde no podrás encontrar ni pan para un bocadillo, habrás hecho todo el gasto del día incrementando los ingresos de negocios que suelen ser saneados, porque en los siguientes pueblos por los que pases lo único que dejarás será la estampa que hará el coche al atravesarlos, con suerte podrás parar en alguno y reponer agua en la fuente mientras recibes miradas que nunca sabrás muy bien que significan. A los pescadores en los pueblos no nos esperan.
Por otro lado siempre te queda un rescoldo de tristeza al pensar que estamos repudiando el asiento sobre el que se ha fundado nuestra cultura, nuestra idiosincrasia y la mierda de civilización que tenemos desde el abandono y la separación del medio rural. Te das cuenta de que la mayoría de los pobladores de las zonas rurales ya no son puros y están contaminados por la civilización urbana después de una estancia más o menos prolongada en una ciudad. Elucubras alguna idea para romper el círculo vicioso que está llevando a muchos pueblos a extinguirse y es entonces cuando se te ocurre hacer una plataforma en defensa de los valores y de las tradiciones que han mantenido vivos los pueblos durante tantos siglos.
Pues ahí van esos valores, todos ellos emanados del instinto de supervivencia:
- La brutalidad
- El puterío
- La beatería
- La arrogancia
- La ostentación
- El caciquismo
- La endogamia
- El egoísmo
- La falta de escrúpulos y respeto al medio natural
Recapacitas, repasas en la historia, y te das cuenta de que el miedo y la ignorancia es lo que impedía salir a la gente de la pobreza y de la mala vida que tenían en donde habían nacido, después sigues pensando y no te cabe en la cabeza lo mal que lo tenían que pasar en el pueblo a tenor de lo mal que lo pasaron cuando llegaron a las ciudades y a pesar de todo se quedaron en ellas, el siguiente pensamiento es que los que se han quedado han resistido y a pesar de los cantos de sirena urbanitas y de los emigrantes ostentosos de fin de semana siguen estando convencidos de que su calidad de vida es mejor. Y como consecuencia te pones a indagar en las bondades que tienen las zonas rurales y en las que sirvieran como aliciente para revertir el fenómeno del abandono (aunque a fuerza de ser sincero el abandono es ya un hecho irreversible y la repoblación muy cuestionable en las actuales circunstancias).
Para un pescador es fácil obtener estas bondades si el pueblo tiene río y además tiene peces, pero desafortunadamente el porcentaje de pescadores que formamos la sociedad es relativamente pequeño y más pequeño aún el porcentaje de los que ven el río como un medio natural y no como una despensa. Es mucho mayor, afortunadamente, el porcentaje de ciudadanos que prefieren pasar el fin de semana en un centro comercial climatizado o encerrados en su salón mirando la televisión o las redes sociales.
Ahora que estos valores, que han abandonado el campo y se han establecido en las ciudades, que se han atemperado y algunos por suerte están en vías de extinción, que residen dónde la gente es menos libre, mas servil y está sutilmente alienada ¿no es mejor, acaso, que permanezcan recluidos en las ciudades?
La idea de que los pescadores ayudamos a fijar población en el medio rural es más ilusa que romántica, sobre todo desde el punto de vista del ribereño que piensa que antes de que venga otro de fuera a llevarse sus peces es mejor tenerlos a buen recaudo en el arcón. Tal y como está la situación, si te dejas unos pocos euros en desayunar y comprar viandas en un bar de la autovía antes de llegar al desierto demográfico donde no podrás encontrar ni pan para un bocadillo, habrás hecho todo el gasto del día incrementando los ingresos de negocios que suelen ser saneados, porque en los siguientes pueblos por los que pases lo único que dejarás será la estampa que hará el coche al atravesarlos, con suerte podrás parar en alguno y reponer agua en la fuente mientras recibes miradas que nunca sabrás muy bien que significan. A los pescadores en los pueblos no nos esperan.
Por otro lado siempre te queda un rescoldo de tristeza al pensar que estamos repudiando el asiento sobre el que se ha fundado nuestra cultura, nuestra idiosincrasia y la mierda de civilización que tenemos desde el abandono y la separación del medio rural. Te das cuenta de que la mayoría de los pobladores de las zonas rurales ya no son puros y están contaminados por la civilización urbana después de una estancia más o menos prolongada en una ciudad. Elucubras alguna idea para romper el círculo vicioso que está llevando a muchos pueblos a extinguirse y es entonces cuando se te ocurre hacer una plataforma en defensa de los valores y de las tradiciones que han mantenido vivos los pueblos durante tantos siglos.
Pues ahí van esos valores, todos ellos emanados del instinto de supervivencia:
- La brutalidad
- El puterío
- La beatería
- La arrogancia
- La ostentación
- El caciquismo
- La endogamia
- El egoísmo
- La falta de escrúpulos y respeto al medio natural
Recapacitas, repasas en la historia, y te das cuenta de que el miedo y la ignorancia es lo que impedía salir a la gente de la pobreza y de la mala vida que tenían en donde habían nacido, después sigues pensando y no te cabe en la cabeza lo mal que lo tenían que pasar en el pueblo a tenor de lo mal que lo pasaron cuando llegaron a las ciudades y a pesar de todo se quedaron en ellas, el siguiente pensamiento es que los que se han quedado han resistido y a pesar de los cantos de sirena urbanitas y de los emigrantes ostentosos de fin de semana siguen estando convencidos de que su calidad de vida es mejor. Y como consecuencia te pones a indagar en las bondades que tienen las zonas rurales y en las que sirvieran como aliciente para revertir el fenómeno del abandono (aunque a fuerza de ser sincero el abandono es ya un hecho irreversible y la repoblación muy cuestionable en las actuales circunstancias).
Para un pescador es fácil obtener estas bondades si el pueblo tiene río y además tiene peces, pero desafortunadamente el porcentaje de pescadores que formamos la sociedad es relativamente pequeño y más pequeño aún el porcentaje de los que ven el río como un medio natural y no como una despensa. Es mucho mayor, afortunadamente, el porcentaje de ciudadanos que prefieren pasar el fin de semana en un centro comercial climatizado o encerrados en su salón mirando la televisión o las redes sociales.
Ahora que estos valores, que han abandonado el campo y se han establecido en las ciudades, que se han atemperado y algunos por suerte están en vías de extinción, que residen dónde la gente es menos libre, mas servil y está sutilmente alienada ¿no es mejor, acaso, que permanezcan recluidos en las ciudades?
domingo, 25 de junio de 2017
Los límites de la estupidez
Gráfico del comportamiento humano según Cipolla, de su libro Allegro ma non troppo |
A través de la historia podríamos recopilar un compendio cuyo tamaño sería casi más grande que la historia misma, porque todos los hechos humanos están rodeados o acechados por estúpidos. El grupo de los estúpidos, sin reglamentaciones, líderes o manifiestos, consigue tener poder y ejercer un gran efecto con una coordinación increíble, así que si por algún casual o medio son capaces de organizarse o facilitar su contacto, lo mejor es echarse a temblar.
No existe una buena definición de la estupidez (igual que tampoco existe para la inteligencia), pero algunos medios académicos se han atrevido a intentar formular una clasificación de estúpidos, los resultados permitieron definir tres grupos principales: en el primero (estupidez grave), se encuentran aquellos que entienden los riegos de sus actos y pese a no poseer las habilidades suficientes se involucran. El segundo (estupidez moderada), está formado por aquellos que por su comportamiento obsesivo-compulsivo carecen de autocontrol, mientras que el tercero (estupidez leve), hace alusión a la ausencia de sentido práctico por distracción o simplemente por falta de destreza que terminan desencadenando situaciones incoherentes.
Carlo Maria Cipolla, historiador económico italiano, la definió como: una persona o un comportamiento es estúpido o inteligente dependiendo de lo que suceda. En su “Teoría de la Estupidez” enumeró sus leyes fundamentales
- Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
- La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
- Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
- Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
- Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Primer Corolario:
En cada uno de nosotros hay un factor de estupidez, el cual siempre es más grande de lo que suponemos.
Segundo Corolario:
Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez de otras, el impacto crece de manera geométrica -es decir, por multiplicación, no adición, de los factores individuales de estupidez-.
Tercer Corolario:
La combinación de la inteligencia en diferentes personas tiene menos impacto que la combinación de la estupidez, porque (Cuarta Ley de Cipolla) " la gente no estúpida tiende siempre a subestimar el poder de daño que tiene la gente estúpida".
Bueno, pues ya tenemos todos la suficiente información para saber hasta qué punto la estupidez está influyendo en la situación actual sobre el tema de las especies exóticas invasoras. Examina tu propia estupidez, compárala con la de los otros y si te sientes rodeado intenta no sumar la tuya a la reinante.
domingo, 4 de junio de 2017
El hombre y el agua. Serie fauna ibérica. El Hipócrita fluvial
El Hipócrita fluvial, Fariseus avaricium (Petulanteus, 1995).
El Hipócrita fluvial, Fariseus avaricium, es un organismo pluricelular de amplia distribución en los ríos ibéricos que se caracteriza por mutar y adoptar las diferentes morfologías del resto de fauna fluvial. Igual puede adoptar la forma del Cenutrio de río, que de la Polla de agua o del Gordo de río indistintamente. Es el camaleón de la fauna ibérica y su camuflaje es casi perfecto.
Taxonomía
Cnidario polimorfo extensamente descrito por El Mosquero Petulante en su obra “Systema soplapollae” en la edición de 1995, fue descubierto por casualidad a partir de la tesis doctoral de la Dra. Jacinta de Lomo (Etología y traumas de la adolescencia del Desmán incoherente, 1990). En plena observación del comportamiento de esta especie, pudo apreciar actitudes anómalas en algunos ejemplares que, tras un seguimiento exhaustivo, pudo constatar los diferentes cambios de forma que adoptaba en función de las especies que tenía alrededor. La primera clasificación taxonómica propuesta por la Dra. de Lomo fue dentro de las familia de las diatomeas bentónicas como una agrupación con facultades mutantes (como el moco de roca Didymosphenia geminata), pero después de una ampliación de la beca para su estudio y a una gran influencia del cine norteamericano propuso su clasificación definitiva como un híbrido entre Terminator y la Cosa. Esta propuesta no fue admitida por los organismos internacionales pertinentes, correspondiendo en la actualidad al filo de los Celentéreos.
Descripción
No tiene una morfología propia y siempre adopta la forma de otras especies, pero es sencillo identificarla por simultanear un característico comportamiento egoísta e hipócrita extremo que la doctora pudo describir en su tesis y que enuncio de manera sucinta en el presente artículo:
El carácter riguroso de esta publicación hace que me aventure poco a conjeturas o suposiciones, pero existen evidencias científicas aún no publicadas (obtenidas recientemente en arduos trabajos de campo en los que los investigadores del equipo del Profesor Raposero han expuesto su integridad), que han verificado comportamientos de imitación en otras especies de la fauna fluvial ibérica cuando comparten hábitat con el Hipócrita fluvial, creándose así un ambiente a pie de río en el que ninguna reconoce que posee grandes imperfecciones que condenan en el resto. Por lo que, a raíz de estas observaciones, está emergiendo una corriente etnoantropológica encabezada por el Profesor R. To Prieto que corrobora que la estupidez es contagiosa, como ya se venía sospechando desde mediados de los años noventa que fue la época de mayor desarrollo de esta rama de la ciencia social.
La comunidad científica tiene marcados a casi todos los ejemplares, no obstante la Península ibérica, rica en biodiversidad, es muy grande, al igual que la tontería que en ella habita, por lo que no se descarta la aparición de nuevos ejemplares en próximos recuentos de fauna en nuestros humedales y cursos fluviales.
Catalogada como “Especie en peligro de expansión” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, con el riesgo inminente de que individuos de las especies más propensas pasen a engrosar las filas de esta perniciosa especie, dejando vacios nichos ecológicos muy importantes para la continuidad del sistema.
El Hipócrita fluvial, Fariseus avaricium, es un organismo pluricelular de amplia distribución en los ríos ibéricos que se caracteriza por mutar y adoptar las diferentes morfologías del resto de fauna fluvial. Igual puede adoptar la forma del Cenutrio de río, que de la Polla de agua o del Gordo de río indistintamente. Es el camaleón de la fauna ibérica y su camuflaje es casi perfecto.
Taxonomía
Cnidario polimorfo extensamente descrito por El Mosquero Petulante en su obra “Systema soplapollae” en la edición de 1995, fue descubierto por casualidad a partir de la tesis doctoral de la Dra. Jacinta de Lomo (Etología y traumas de la adolescencia del Desmán incoherente, 1990). En plena observación del comportamiento de esta especie, pudo apreciar actitudes anómalas en algunos ejemplares que, tras un seguimiento exhaustivo, pudo constatar los diferentes cambios de forma que adoptaba en función de las especies que tenía alrededor. La primera clasificación taxonómica propuesta por la Dra. de Lomo fue dentro de las familia de las diatomeas bentónicas como una agrupación con facultades mutantes (como el moco de roca Didymosphenia geminata), pero después de una ampliación de la beca para su estudio y a una gran influencia del cine norteamericano propuso su clasificación definitiva como un híbrido entre Terminator y la Cosa. Esta propuesta no fue admitida por los organismos internacionales pertinentes, correspondiendo en la actualidad al filo de los Celentéreos.
Descripción
No tiene una morfología propia y siempre adopta la forma de otras especies, pero es sencillo identificarla por simultanear un característico comportamiento egoísta e hipócrita extremo que la doctora pudo describir en su tesis y que enuncio de manera sucinta en el presente artículo:
- Se quejan permanentemente que sus tramos de río favoritos están siempre repletos de otras especies, cuando ellos mismos tienen colapsadas las redes sociales con fotos de esos mismos sitios y los han puesto de moda.
- No dudan en poner de manifiesto las atrocidades que cometen el resto de especies, cuando ellos mismos las cometen de manera reiterada.
- Se cree que debido a que adoptan frecuentemente la forma del Fotógrafo de río, han adoptado por involución su comportamiento egocéntrico y nada autocrítico.
- Son capaces de pisotear un tramo de río sin pescarlo para que el resto de especies no puedan desarrollar su actividad de la manera deseada.
- Las leyes y normas no se inventaron para ellos. No dudan en cuestionarlas y incumplirlas repetidamente acudiendo al manido concepto de la objeción de conciencia sesgada. Todos se equivocan menos ellos.
- En simbiosis permanente con redes sociales, son dependientes de las mismas, donde puede estudiarse muy bien su comportamiento y sus numerosas contradicciones, así como la localización de ejemplares para su posterior marcado y seguimiento.
- Son estúpidos en grado superlativo y los cojos corren más que ellos. Por lo que otras especies oportunistas han desarrollado estrategias que contarrestan sus actitudes pretenciosas y se aprovechan de su incontinencia verbal en beneficio propio.
El carácter riguroso de esta publicación hace que me aventure poco a conjeturas o suposiciones, pero existen evidencias científicas aún no publicadas (obtenidas recientemente en arduos trabajos de campo en los que los investigadores del equipo del Profesor Raposero han expuesto su integridad), que han verificado comportamientos de imitación en otras especies de la fauna fluvial ibérica cuando comparten hábitat con el Hipócrita fluvial, creándose así un ambiente a pie de río en el que ninguna reconoce que posee grandes imperfecciones que condenan en el resto. Por lo que, a raíz de estas observaciones, está emergiendo una corriente etnoantropológica encabezada por el Profesor R. To Prieto que corrobora que la estupidez es contagiosa, como ya se venía sospechando desde mediados de los años noventa que fue la época de mayor desarrollo de esta rama de la ciencia social.
La comunidad científica tiene marcados a casi todos los ejemplares, no obstante la Península ibérica, rica en biodiversidad, es muy grande, al igual que la tontería que en ella habita, por lo que no se descarta la aparición de nuevos ejemplares en próximos recuentos de fauna en nuestros humedales y cursos fluviales.
Catalogada como “Especie en peligro de expansión” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, con el riesgo inminente de que individuos de las especies más propensas pasen a engrosar las filas de esta perniciosa especie, dejando vacios nichos ecológicos muy importantes para la continuidad del sistema.
domingo, 14 de mayo de 2017
Temor a la iteración
No soy de esos que le dan
demasiadas vueltas a las palabras para transmitir los mismos mensajes, cada una
de mis diatribas trata una temática en la que me impelo a participar con un
punto de vista poco habitual, personal y, por supuesto, con la lengua depilada.
Pero no es así en el
pertinaz regodeo en la iteración que practican los mermados venidos a más, los
taimados rentistas de la demagogia, los interesados creadores de opinión, los
complacientes divulgadores de mezquindad y los espabilados capitalizadores de estos
esfuerzos. Todos movidos por ese ardoroso y excelso sentimiento patriótico que les empuja
a aplicar la ley del embudo en pos de propio beneficio intentado hacer creer
que su gracia es lo mejor para los comunes.
Pues bien, como no quiero
ser repetitivo, la insistencia es un atributo que les cedo a los que a costa de
dar vueltas a los mismos temas –y desde los mismos puntos de vista interesados- piensan que
es posible que algún día les funcione con aquéllos que tienen difícil
distinguir entre el polvo y la paja,
os propongo que releáis “La coherencia irracional”, que viene bien en este
momento en que parece que algunos se han vuelto a subir al púlpito.
domingo, 7 de mayo de 2017
El hombre y el agua. Serie Fauna Ibérica. El Publicista encubierto
Nominado comúnmente en algunos ambientes
científicos como Cansino de río, es una especie con un reducido
número de ejemplares pero de amplia distribución por toda la geografía fluvial
hispánica, poco visibles en su hábitat natural es uno de los reptiles más comunes en las
redes sociales. Caracterizado por el exceso de material que porta y por su estilizada
indumentaria, es presuntuoso y pretencioso a la hora de marcar tendencia, abusa del consumo de metariales porque los consigue sin pagar, lo
que se viene llamando tirar con pólvora del rey.
Es un animal con un
marcado aspecto parásito/simbiótico en su relación con el resto de especies (To Prieto et al 2008, "Estudio etológico y distribución de las especies dañinas"), en
su devenir existencial contacta en una primera fase con otro individuo o grupo
de individuos de otras especies al objeto de obtener cualquier tipo de material
de pesca por la patilla, con el tiempo ambos individuos pueden llegar a una
relación de simbiosis mutualista ya que el hospedador encontraría ventajas en
las características y especialidades del hospedado. Estas ventajas se
traducen en una publicidad extenuante y sistemática que muestra en las redes
sociales a través de imágenes -en las que se ven explícitamente los logotipos
de las marcas- de equipos de pesca y de textos en los que alaba de forma
desmedida las marcas comerciales del hospedador simbionte y los logros conseguidos con ellas. Como resultado de
esta relación algunas especies mermadas, como algunos peces pasto y ciertas variedades
de Palmero de río, piensan que con sus maravillosos equipos podrán emular sus supuestas
y (en la mayor parte de los casos) artificiales hazañas piscatorias.
Ante el aumento
incontrolado de distribuidores intermediarios, que con un más que paupérrimo
porcentaje de ganancias en la venta de materiales intentan ganarse un apoyo
para su sustento, los métodos de venta e introducción en los mercados son cada
vez más sofisticados y a veces pasan inadvertidos. Las redes sociales son un
mercado inmenso en el que no hay límites para el comercio ni para sus
estratagemas, para triunfar sólo hay que tener los pocos escrúpulos de querer
vender sin que lo parezca y sin que el rubor invada sus mejillas de oportunista
encontradizo. De esta forma, especies superiores en el escalafón comercial, como
el Señor Cangrejo de río (Avarus avara,
que trataré en otra entrada del blog), no tienen que preocuparse nada más que
de tener bien sujeto a su simbionte parasitado haciéndole creer que es el
parasitador, miembros del equipo de investigación de la Dra. Jacinta de Lomo quedaron
perplejos al descubrir una relación tan compleja en un sistema ecológico tan
reducido (Sistema Soplapollae, II anexo
a la tercera edición 2002).
Se han detectado
comportamientos similares en otras especies como el Fantasma de río (Intellectum decrescis), la Polla de agua
(Cipota magna), el Cacho de boca
grande (Pravus circumforaneum magna
bocagei) o el Trilero de río (Caradurus
horribilis); mientras que otras especies han querido entrar de forma
autónoma en el juego comercial de la pesca con la misma o con peor suerte: El
Gordo de río (Fatfluvius morpha gordus),
El Somormujo Influencer (Megapeloto
manducatlactis), El Desmán incoherente (Uaniloquus
repugnans) o El rata de agua (Racanus
robustus). Como ha documentado uno de los equipos más punteros en antropología
social aplicada, la comercial, es una actitud muy extendida entre la fauna fluvial
ibérica ("Tratado sobre el reparto de la miseria". Raposero et al. 2013).
Debido al corto periodo
de tiempo que algunos ejemplares ejercen, Publicista encubierto de ciclo corto, y al
relevo constante de candidatos a ser parasitador parasitado, esta especie está
declarada en la Lista Roja de la UICN como “En peligro de expansión latente”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)