domingo, 3 de abril de 2016

Ayúdale a asimilar



En un claro compromiso con los principios de mi fundación, a través de la campaña “Ayúdale a asimilar”, quiero implicarme en mantener el compromiso de conseguir que los ególatras a los que las circunstancias de las redes sociales les han obligado a actuar de manera desmesurada, vanidosa, excluyente, veleidosa, pedante, ostentosa, superlativa  y, en ocasiones, vejatoria y difamatoria; vuelvan a ser las personas amables, comprensivas, entrañables y hospitalarias que un día fueron.

La detección y difusión que he realizado de sus comportamientos patológicos, no han sido más que el intento de elaborar un diagnóstico de los problemas psicosociales a los que la rapidez del devenir de los medios de comunicación virtual y su falta de adaptación, ha llevado a todos y cada uno de los personajes que he tratado en las entradas de este blog .

Por supuesto que mi ánimo no es otro que el de hacer notoria su existencia entre los que se han sentido afectados y, una vez conocida la dolencia, aplicar un tratamiento de recuperación del que ya he detectado resultados fehacientes. Esta circunstancia es la que me lleva a no cejar en mantener el alto grado de compromiso que demuestro con el esfuerzo semanal de la publicación de nuevas entradas ante la certeza del interés y de la, cada vez mayor, fidelidad que mantienen los personajes que ya considero bajo mi tratamiento.

Los frutos de este método de actuación han sido hechos públicos en algunas imágenes en las que enemigos declarados en principios o ideologías, han posado abrazados mostrando caras de satisfacción, muestras claras y honestas acompañadas de textos que no dejan lugar a dudas de la superación de viejas rencillas e incluso de odios atávicos. En otros casos, más graves, los personajes han reducido la amplitud de sus nefastas actitudes a círculos cerrados, moderando de esta forma la difusión de su mensaje a sus aduladores más próximos y más desprovistos de sentido crítico. He de reconocer que existen casos extremos en los que el tratamiento no ha sido efectivo e incluso contraproducente, siendo cada vez mayor la inmoderación del personaje, respecto a este tema pendiente estoy en periodo de reflexión para determinar si es necesaria la aplicación de un tratamiento más fuerte. Lo que si es común en todos ellos es el aumento en la dosificación de su cargamento de animadversión hacia mi personaje, bajando, por lo tanto, el que pueden ejercer hacia otros posibles enemigos, sin duda uno de los mayores logros de mi tratamiento. Por desgracia el rencor es un sentimiento limitado, no siendo así la tontuna que, como ya se ha demostrado, no tiene límites.

Pero estoy bastante satisfecho de los resultados que estoy obteniendo, sobre todo en la moderación de las actitudes arrogantes de auto-afectados por este blog que, una vez desprovistos de ellas, sus apariciones apenas tienen seguimiento ni interés por parte de los que otrora no perdían ripio para satisfacer esa burla contenida y esa pequeña porción de vergüenza ajena que se siente al leer cada nueva divulgación y que es característica de un cruel pero desarrollado sentido del humor. No obstante, es necesario mantener la autoestima de los pacientes para que no caigan en una depresión postraumática, así que alentamos a los palmeros de buena fe y a los que quieran promover esta sátira a que sigan dando al “me gusta” en las entradas que publiquen los afectados para que no decaiga su actitud y de esta manera mantener el equilibrio que nos permite seguir diseccionando las actitudes y aptitudes de estos personajes.

Por otro lado siento gran preocupación por los contagios que se han producido y que cada vez son más patentes, casos cada vez más complejos a los que habrá que aplicar terapias más enérgicas ya que, con las que actualmente he puesto en práctica, no se han podido mitigar. Mostrando que la cepa del virus de la tontuna es tozuda y que cala siempre en el mismo perfil de personajes que se creen mierda y no llegan ni a pedo.

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