Charlatanes, buhoneros y comerciantes de elixires milagrosos.
Reviso mi colección de cañas de mosca, arrancadas de las manos de los incautos pescadores que quisieron darme caza. Inocentes pescadores de seca y ninfa, inocentes por creer que no les podría expulsar mi urea en sus rostros barbudos, quedándome con sus preciados tesoros con garantía “de por vida”.
¿Quizás doble inocentes? mejor babayos, bucéfalos y mastuerzos… ¡triple inocentes!, van a sacarme fuera del agua ¿a mí?, van a vencerme por poner un terminal grueso, ¿a mí?, ¿cañas con garantía de por vida?, permitidme una enorme y reverberada carcajada.
Sigo llorando de la risa al ver que continuamente los mosqueros siguen picando ante las burdas y simples técnicas de venta con engaño y alevosía, elixires que curan el dolor de boca, cabeza y alma, alejando además el mal de ojo.
Cañas con garantía dicen muchos, de por vida, de dos años, de cinco; en caso de rotura de cualquier tramo deberá ponerse en contacto mediante correo electrónico o formulario “x” justificando que la rotura ha sido en acción de pesca, adjuntando el tramo roto y por los euros que suele valer un tramo de tu caña, te lo reponen sin miramientos. ¿Acaso no estaba ya pagado?
Carretes en polialeaciones con mucho titanio, aluminio o duridio, mucho diseño, mil agujeros y brillos, a los que cual urraca deslumbrada, los torpes mosqueros adquieren con garantías perpetuas para tener que tirarlos al año por oxidación de piezas inoxidables. Estúpidos compradores de diseño americano y europeo fabricado en paraísos de la mediocridad y explotación consentida, revendidos varias veces de unos a otros aumentando su valor hasta volver a pagar “lagarantía”.
Veo desde mi hogar azul algunos catálogos, mailings, campañas y propaganda barata en perfiles de Facebook donde palurdos disfrazados de inteligentes dan “me gusta” a engañifas enmascaradas y palmean un mercadeo del embuste permanente, donde simplemente los charlatanes de la red sobreviven con la picardía remando a su favor.
Esas extrañas prendas que se ponen para entrar en el río adquiridas a precio desorbitado, costuras termo selladas y 18 capas, con entrada de agua garantizada en un porcentaje muy alto de los casos, achacando a las deformidades humanas o el mal uso el motivo de la no garantía ya pagada.
Postventa llaman al discurso fariseo y al trilerismo donde los ganchos son los mismos estafados; percebes y zopencos humanos autofidelizados a base de creer discursos repetidos hasta la saciedad y tipificados en cualquier manual o curso de ventas.
Creadores de bandos y guerras civiles económicas que despistan, donde los cursos y exhibiciones gratuitos de cualquier tipo envuelven más y más a los memos uniformados de goretex, en un entorno ultramercantil consentido.
Humanos bodoques y borregos; que orgulloso estoy de ser un pez, muy inteligente por cierto y a la par crítico con quien aún no ha sido capaz de engañarme. En mi sabiduría extrema hablo de charlatanes, buhoneros y comerciantes de elixires milagrosos, no de decentes tenderos; sería arrogante por mi parte pensar que todos son iguales.
La Pintona Pinturera
Perro ojos de congrio, hijo de puta.
ResponderEliminarEres un fanegas caveza sisón. Amelonao...
ResponderEliminarBenigno.
Algo de razón no te falta, hay mucha boberia en el mundo del mosquero, veo que tienes amigos jjjjjj
ResponderEliminarAlgo de razón no te falta, hay mucha boberia en el mundo del mosquero, veo que tienes amigos jjjjjj
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