domingo, 21 de junio de 2015

El Señor de los Perdigones. Capítulo 3

Amaneció en la Cosmarca un sol de luz tibia, que apenas si calentaba y cuya luminosidad se reflejaba en el rocío de las flores de los magnolios y de los jazmines del jardín de Fcodo.

-    ¡Arriba holgazanes, arriba! –gritó Gandalfpé mientras hacía sonar la cazuela de los callos que la noche anterior se habían trasegado los miembros de la comunidad de Desgustando Ricas Pitanzas en el Monte-.
-    Maestr…, digo, Gandalfpé, ¿es ya el momento de la partida? -dijo Fco, mientras se rascaba la corcusilla del culo con una mano y se quitaba las legañas con la otra-.
-    No, aún no, mi buen Fcodo. Debemos hacernos con los pertrechos necesarios para nuestra aventura. Necesitaremos cañas poderosas con líneas que sean capaces de hacer afilados bucles en el aire, vadeadores que nos protejan del frío de las aguas heladas y…
-    No, yo no los necesito –dijo Meriadun Bermudapesca-. Yo pesco siempre con bermudas.
-    Muchacho, tú no sabes lo qué dices. Los tojos del norte y las aligas del este te destrozarán las piernas y el agua helada de los ríos te entumecerá los miembros –sentenció Gandalfpé en tono sobrio-.
-    Ya estoy acostumbrado.
-    ¿Fcodo, de dónde has sacado a este tardo?.. en fin… bueno, lo que decía… necesitaremos también chalecos en los que llevar el material necesario y sombreros para protegernos de la intemperie, y también
-    ¿¡Pueden llevar una pluma Maestr…, digo, Gandalfpé!? –interrumpió Fcodo con ilusión- .
-    Como si te quieres poner un mochuelo encima Fcodo. Mira que te gusta dar la nota, hijo… en fin, como decía, también necesitaremos buenas moscas secas y…
-    No habrá problema Maestr…, digo, Gandalfpé –volvió a interrumpir Fcodo-. Nuestro buen Xarnegar Bolger nos suministrará las mejores moscas que jamás hayan volado por los ríos de la Tierra Media desde los tiempos de Isildur –dijo Fcodo con su característica voz de pito-.
-    ¿Y quién es el montador? –pregunto Gandalfpé-
-    ¡Ja!.. qué quién es el montador… -sonrió Fcodo mientras se frotaba los dedos en su camisa de Degustando Ricas Pitanzas en el Monte-.

Continuó Fcodo.

-    Allí encontraremos “la marroncita”, “la jaivisibiliti”, “el bicharraco” y cómo no, la intemporal Royal que se inventó hace eones en los tiempos de Valinor, pero no fue hasta que un gran Master&Commander la dio a conocer nadie recordaba de su existencia pues había caído en el olvido y gracias a él toda la Tierra Media volvió a saber de ella.
-    ¿Me da a mí, o tú hablas como Aída Nízar?.. bueno en fin, dejémoslo. Si tiene moscas y demás objetos necesarios para nuestra aventura vamos para allá. ¿Está lejos la casa de Xarnegar Bolger? -  preguntó Gandalfpé-.
-    No, apenas a tres cuadernas de aquí.
-    Partamos pues sin demora –dijo Gandalfpé mientras en un gesto con el brazo se arremolinaba la capa gris tejida con pata de liebre ártica que portaba y que en su día le habían obsequiado los señores montaraces de Al-carria-narüll-.

La casa de Xarnegar Bolger estaba cerca de la casa de Froco y su dueño se dedicaba al suministro de aparejos y demás cachivaches a los buenos mosqueros –aunque también colaboraba con los malvados perdigoneros competidores, muy a pesar de su buen amigo Fcodo-.

-    ¡Querido Fcodo! –exclamó Xarnegar Bolger con un ostentoso gesto de alegría que no podía disimular un cierto carácter postizo, más propio de un fenicio que de un amigo cabal-. ¿A qué debo tu grata visita?
-    Necesitamos que nos ayudes Xarnegar –respondió Fcodo-.
-    Buenos… ahora…uummmhhhh…
-    Vamos, que hemos venido a que nos suministres –dijo Gandalfpé, con cierto tono airado-. Necesitamos pertrechos para lanzarnos a una peligrosa aventura que nos llevará a los confines de la Tierra Media a luchar contra la Sombra que amenaza a los ríos y a los buenos y viejos mosqueros.
-    ¡¡Aaahh… si es así, no hay problema!! –dijo Xarnegar mientras soltaba el aliento contenido para tomar una bocanada de aire nuevo-. Pasad, pasad, mis buenos amigos. Tengo de todo: chalecos, cañas, vadeadores, carretes, moscas… lo que queráis.

Los miembros de la Compañía entraron a la casa de Xarnegar y mientras ellos curioseaban por los estantes y expositores su anfitrión les iba enseñando y describiendo algunos de los objetos que allí se ofrecían.
Esté chaleco está hecho por los elfos artesanos de Drüindudor con la misma tela que tejen las capas élficas. Es térmico, impermeable y…
-    Venga Xarnegar, ¡no me jodas!, si lleva una etiqueta por detrás que pone Made in China… -replicó Gandalfpé con un gesto de desprecio -.
-    No gran señor –dijo Xarnegar con los ojos brillantes que mostraban cierta rabia contenida- el chaleco está diseñado por los elfos pero ya sabe que en estos tiempos toda la fabricación se lleva a China, ya sabe, tema de costes… ¿Dónde cree Ud. que fabrican los de Sagedör, Orvisthur y Winstongör… ¡¡en China, todos en China!!
-    Éste nos quiere tangar  –le dijo acercándose al oído Gandalfpé a Fcodo-.


-    Todos eligieron los equipos conforme a sus gustos. Fcodo eligió un sombrero con una pluma, vadeador de panza colgandera, caña de nueve pies y línea cuatro, un carrete hecho de mithril extraído de las entrañas de la tierra por los enanos de las minas de Constanmoria –o al menos eso es lo que le dijo Xarnegar- y un chaleco élfico hecho con PLA de los de la etiqueta Made in China. Lo mismo eligieron Sam Bolsabás y Alvatuk Peregrin, Bermudapesca compró el mismo material, a excepción del vadeador y prefirió coger unas bermudas tejidas con hilos de araña gigante del Bosque Negro con un estampado que rezaba “Miami Beach”. El cocinero, por la sordi, se suministró de un par de cucharillas con mucho cuidado de que sus amigos no lo vieran y las escondió en el casquillo del camping gas para que no se dieran cuenta, y por último, Gandalfpé prefirió no comprar nada porque él no era mucho de marcas de los chinos y como viejo y buen mosquero prefirió seguir confiando en su Sagedör con su carrete Vivarellundir y un vadeador que tejieron las hábiles manos de los elfos de las ciudades altas con piel de dragón de color chochomona.

Después de responder Gandalfpé a Xarnegar por su generosidad con un pequeño saco de pepitas de oro obtenidas en los ríos de Rohinleönhin y cumplimentando con obsequiosidad sus palabras con gráciles movimientos, les dijo:

-    Espero que disfrutéis de vuestros equipos, amigos. Y como obsequio de la casa os entrego estos vales descuento para un maravilloso tubular que está hecho por los elfos artesanos de Drüindudor con la misma tela que…
-    Sí, sí –interrumpió Gandalfpé-… están hechas las capas élficas Made in China, no te jode, -susurró entre dientes-
-    Xarnegar, viejo amigo, antes de irnos –dijo Fcodo en tono sentencioso- estaría muy honrado en que formaras parte de la Comunidad y nos acompañaras en nuestra aventura…
-    Uf… uuummmhhh… me pillas mal amigo… ando liao… el almacén, los proveedores… uf… ir tirando vosotros y ya si eso os cojo yo más adelante….¡¡ Ah, por cierto!! - continuó Xarnegar- la semana pasada estuvo por aquí Lagutlas y preguntó por ti, Fcodo. Me dijo que estaba esperando a que le mandaras la convocatoria para la apertura en el Palacio de las Xanas.
-    Qué gran mosquero y gran persona es Lagutlas –sentenció Fcodo-. Le llamaré en cuanto tenga un hueco para hablar con él y contarle nuestro proyecto y estoy convencido que no dudará en unirse a nuestra Comunidad aunque tenga que viajar desde la mismísima Astur-natur de regreso a la Cosmarca.
-    Partid pues nobles mosqueros, que Valinor, el espíritu de Isildur y la fuerza Erandill os acompañen… que yo ando liao…

Estaban en plena despedida cuando alguien aporreó la puerta de la casa de Xarnegar con fuerza.

-    Si es tan amable… me gustaría compartir una información de su interés-  se escuchó al otro lado de la puerta- .
Xarnegar entreabrió la puerta y asomando apenas la nariz dijo por la rendija.
-    No queremos nada, no queremos nada. Ya soy socio del Círculo de Pescadores Lectores, tengo la Enciclopedia del Buen Mosquero y ya sabemos que el fin de mundo está próximo y que tenemos que ser buenos…
-    Por Dios, no me ofenda –dijo el visitante con un manifiesto gesto de agravio-. Yo no soy Testigo de Valinor. Soy isildúrico, erandólico y godorolano. ¡¡Faltaría más!! He llamado a su puerta porque les traigo el mayor compendio de sabiduría piscatoria que se haya publicado hasta la fecha con la nueva colección de “Círculo de pescadores”. Es una completísima colección en la que encontrarán todos los secretos de los mosqueros más importantes de la Cosmarca, con una edición cuidada y una encuadernación de lujo y con las recomendaciones de los mejores tramos para pescar de la Cosmarca escritos por grandes expertos en el arte haliéutico como …

Al enseñar el libro Xarnegar vió la foto de la contraportada y ¡oh maravilla!, ahí estaba  Fcodo con cara de papamoscas posando junto a una mesa llena de cachivaches de pesca.

-    ¡¡Coño, pero si Fcodo!! –exclamó Xarnegar al ver la foto de su cliente-amigo-

Fcodo, al escuchar su nombre y tras hacerse hueco por la rendija para echar una ojeada y ver por qué le había nombrado vio al visitante.

-    ¡¡Pero si es mi viejo amigo Jumberimi!! –exclamó Fcodo-. ¡¡Cuánto tiempo viejo camarada!!
-    ¡Fcodo!, ¿qué haces aquí?
-    Estimado camarada…
-    Fcodo, llámame mejor “amigo” que lo de camarada es muy coloquial y ya sabes que a mí me gusta guardar las distancias. Que yo soy más de cripta y escolanía, como bien sabes – dijo Jumberimir mostrando cierta molestia por el calificativo de Fcodo-.
-    Está bien, está bien, viejo amigo. Lo importante no es lo que nos separa, sino lo que nos une y siempre hemos estado en el barco de la divulgación del arte de la verdadera pesca a mosca y en la defensa de los ríos, bueno, y también en lo de intentar pillar algún consorciado de iris, que a nadie le amarga un dulce.
-    Bueno, bueno... ¿y cómo tú por aquí Fcodo?
-    Es una larga historia. Precisamente ahora mis amigos y yo marchábamos para cenar antes de partir a una peligrosa aventura. Si vienes con nosotros, te voy contando por el camino.
-     Eso está hecho – respondió Jumberimir mientras se frotaba las manos-.

Los miembros de la Comunidad marcharon de nuevo a la Cosmarca y Fcodo fue poniendo al día de sus planes a Jumberimir mientras éste chasqueaba los dientes con sólo escuchar lo que de la Sombra le iba relatando Fcodo. Pasaron en casa de Fcodo la noche antes de la partida y aprovechando que el Pisuërganduill pasa por Valladoluidörse trasegaron unas gachas con picatostes mientras compartían chanzas, anécdotas y camaradería propia de los buenos mosqueros.

-    Jumberimir –dijo Fcodo en tono solemne-, después de lo relatado, ¿te unirás a nuestras comunidad? Los peligros que nos acecharán serán muchos, los riesgos que habremos de correr serán numerosos, pero…
-    ¿Veremos a muchos perdigoneros? –preguntó Jumberimir-
-    Muchos, amigo Jumberimir, muchos y peligrosos.
-    Por ayudarte, lo que sea, amigo Fcodo - dijo Jumberimir, mientras hacía los cálculos de los compendios estimados que podría vender a los perdigoneros y el margen de beneficio que obtendría por ello-. Por un amigo, lo que sea…
-    Sabía que podría contar contigo.

Fcodo abrazó a su viejo amigo y entre risas, anécdotas y regüeldos con olor a ajo de las gachas sobrevino el alba y nuestros protagonistas marcharon a lo desconocido.

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