domingo, 12 de febrero de 2017

El hombre y el agua. Serie fauna ibérica. El Cormorán competitivo



El Cormorán competitivo (Egolastro omnipraesents)

Estrechamente emparentado con la Lanceta graznadora (Egolastro casterus), durante muchos años se pensó en que se trataba de la misma especie, dado el gran parecido que presentan ambas en su estado juvenil (misma librea y comportamiento social insoportable). Aunque de conductas similares, ocupan nichos muy diferentes y su distribución es en muchos casos antagónica (Petulanteus 2016, Sistema Soplapollae), lo que llevó a la comunidad científica a realizar un análisis taxonómico profundo y así poder diferenciarlas correctamente en las dos especies que hoy conocemos (Raposero et al. Análisis proctológico y taxonómico del Egolastro, 1986).

De comportamiento gregario y muy ruidoso, se reparten en primavera, verano y otoño los tramos medios y altos de los cursos fluviales, desplazando con beligerancia a todas aquellas especies que puedan encontrarse cerca y por los alrededores. Curiosamente en invierno los ejemplares aclimatados que se han hecho residentes, acuden en masa algunos tramos fluviales, lagos, charcos y estanques donde cohabitan sin excesivos problemas con otras especies tanto o más conflictivas que ellos como el Fantasma de río (Intellectum decrescis), el Somormujo influencer (Megapeloto manducatlactis) e incluso el Trilero de río (Caradurus horribilis); y en los que tiene por mayor preocupación ocultar a sus congéneres sus secretos señuelos de pesca. Cabe destacar su extraordinario comportamiento durante esta época en la que mantiene una inusitada actividad en torno a cualquier superficie de agua repoblada que tenga más de una hectárea. El pájaro en cuestión, acecha desde la orilla pastoreando a sus presas de forma tenaz y contumaz, se han visto casos excepcionales (aunque poco documentados) en los que es capaz de desprender feromonas, técnica que no solo utiliza para atraer a las hembras de su propia especie, si no a las presas más grandes del lago.

Jerarquizados como hormigas y agrupados territorialmente envían a los exploradores “gamma” para que marquen los tramos con deyecciones urinarias, heces y plástico de color rojo y blanco, días después y repentinamente llegan los individuos “beta” sedientos de pesca y como bárbaros sin piedad, machacan piedra a piedra, rama a rama y tramo a tramo de todo el curso fluvial, pescando sistemáticamente todos y cada uno de los peces de la zona.

Emiten un graznido muy característico cuando interactúan entre ellos, con un enérgico y ruidoso “cuantasllevararrrrg”. Las bandadas están lideradas cada una por un individuo “alfa” muy competitivos entre ellos, que se van turnando por años dicho liderazgo, pasando a ser "beta de primer nivel" al dejar el puesto dominante. El sistema jerárquico falla más que una escopeta de feria y hay tendencia a que todos los “alfa” y “beta” de primer nivel tengan frecuentes escaramuzas para ostentar así el liderazgo de las bandadas locales e incluso de las bandadas nacionales. Destacar que en ocasiones es tal la lucha intestina, que los “alfa” y “beta” más débiles son desterrados o directamente devorados por la propia bandada (Petulanteus. Etología y federestudios del Egolastro omnipraesents 2014).

En primavera, tras el duro invierno, estos pájaros comienzan sus desplazamientos por el norte peninsular, atacando los ríos de la cornisa cantábrica sin miramientos y escrúpulos antes que el resto de especies lo puedan hacer, iniciando entonces su periplo desde todos los puntos de la geografía peninsular. El Dr. Rober-To Prieto en noviembre de 2013, en su famosa conferencia sobre especies dañinas ibéricas, impartida en los cursos de verano de la Universidad de West Membrilla -campus de Brazatortas-, comparó estos desplazamientos con las incursiones vikingas a través de los ríos peninsulares y como iban sembrando el pánico en las poblaciones de peces, quedando drásticamente amedrentadas durante semanas después de la visita.

En las zonas lacustres de la meseta, existe la subespecie Egolastro omnipraesent patatalis, mucho más desarrollada para la caza ya que ha desarrollado la habilidad de utilizar pequeños tubérculos para engañar a sus presas. Esta subespecie se caracteriza por su mancha amarilla en el pecho y su cortejo nupcial en las planicies cercanas a las charcas, donde prepara la cama con cualquier objeto de colores llamativos, teniendo especial predilección por los tonos brillantes.

Se trata de una de las especies oportunistas más comunes en los ríos y humedales de la mitad norte peninsular, pudiendo llegar en muchos lugares a presentar altas concentraciones que sin duda suponen un peligro para aquellos ecosistemas fluviales que ocupa y coloniza (To Prieto et al. 2005). Diversos estudios científicos y una asociación de pescadores gastro-conservacionista abogan por la necesidad de una reducción en su número para poder devolver el equilibrio al ecosistema.

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