Soy un personaje que siempre me he preocupado por el bienestar de mis lectores más afectados, es más cuando alguno de ellos denota que ha sobrellevado una ofensa, sufro por ello. Es por esto que he decidido ofrecerles un decálogo para que puedan liberarse de esas pesadas cargas que se atribuyen, algo así como el dietario de un colectivo al que podríamos denominar “Petulantados anónimos”, del que formaría parte todo aquél que se reconozca y también, cómo no, todos aquellos que ya se han reconocido como petulantados y no son tan anónimos.
Algunos de estos mandamientos podrían recitarse como si de un mantra se tratara, pero como entiendo que para algunos es una tarea ardua, en su defecto recomiendo que, si por azar, alguno se queda impregnado en la memoria, se eche mano de él cuando sea necesario para desactivar aquellas partes del cerebro en las que nace el rencor, el afán de protagonismo y la incontinencia.
Para ser más cercano, algunos los he escrito en primera persona para que el lector imbuido no tenga que realizar grandes esfuerzos, otros tienen formato de refrán, de ese modo le será más sencillo su recuerdo. No demoro más el momento de su lectura.
Primero
El Mosquero Petulante no está hablando de mi, aunque parezca que soy una víctima del petulante no es así.
Segundo
El Mosquero Petulante no atiende a provocaciones del tipo:
Un hombre da la cara
Solo los cobardes se ocultan tras un nick
Si tienes lo que hay que tener darías la cara
Cuando sepa quién eres te voy a partir las piernas.
Tercero
No responderé con ningún comentario aunque esté convencido que se dirige a mí. El más tonto siempre es el primero que habla.
Cuarto
El mundo está lleno de terceras personas con afán de protagonismo. Solo hay que dar con ellos, no quieras acapararlo todo, no estás solo.
Quinto
Honraré a mi ego y a mi inmoderación cómo a mí mismo, pero debo controlarlos.
Sexto
No codiciaré la tontuna ajena.
Séptimo
Dime que insinuación te ofende más para seguir poniéndolo fácil.
Octavo
Si eres tonto no debes tener pesares, siempre habrá uno más tonto que tú.
Noveno
Dime como amenazas y te diré que clase de tonto eres.
Y décimo
No dejarás de leer el blog del Mosquero Petulante para así seguir incrementando su divulgación.
Si no has conseguido hacer más liviano tu enojo, te sugiero que me escribas un comentario para ver como podemos solucionarlo.
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